El mundo mágico siempre ha tenido secretos, unos más importantes que otros.
Secretos en cada esquina, en cada familia y más si dos personas que no debían estar destinadas a estar juntas, quieren estarlo.
Nadie debe saber sobre sus miradas, caricias...
Hermione caminaba hacía el castillo en busca de su hermano, ya que, él le había comentado que iría acompañar a Dumbledore para hacer unas cosas, podía ver la puerta del castillo a unos metros de ella, cuando sintió como si alguien le daba un gran abrazo, pero luego un enorme jalón de su cuerpo abrió los ojos y se encontraba en la casa de los Black, justo enfrente de ella estaba Ginevra sonriendo como siempre.
— Te ves cansada, ¿quieres descansar? — le pregunto y asintió sin entender lo que sucedía.
Se recostó en la cama que Ginevra le había proporcionado, rápidamente se quedó dormida cuando despertó, Sirius se encontraba sentado sobre una silla justo al lado de la castaña.
— Tengo hambre — dijo, la castaña ignorando aquel extraño momento.
— Ginevra se encuentra haciendo el desayuno, vamos — dijo, Sirius saliendo de la habitación para luego bajar las escaleras.
Pasaban los días y sucedía lo mismo en todos ellos, despertaba con Sirius de guardián, luego los tres junto el pequeño James, desayunaban, comían y cenaban juntos, así por varios días hasta que Demetria volvió de Hogwarts al entrar y encontrar a la castaña sentada en su sillón como si nada hubiera pasado se acercó a ella con la lágrimas en los ojos. No entendía lo que sucedía pero algo dentro no la dejaba preguntar, días después ella se encontraba leyendo sobre el sillón, apareció Alice dejando un cuerpo en la mesa del centro, dirigió su mirada y observó algo que nunca imagino que pasaría, se levantó sin poder creer lo que veía, dejo caer el libro y se acercó, era ella, igual a ella.
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— ¿Qué diablos significa esto? — le preguntó a Alice, pero ella no contestó — no entiendo — dijo mientras tocaba "su mejilla".
Una luz emano del cuerpo con solo el toque de la castaña, cambiaron unos rasgos como su color de cabello, altura y estructura del cuerpo, convirtiéndose en Ariana.
— ¿Mamá? — preguntó al recuperarse de la luz — ¿qué sucedió? — preguntó con lágrimas — ¿por qué estaba transformada en mí? — soltó otra pregunta, pero no recibía respuestas.
— Hermione lo siento — dijo, Demetria que ya encontraba llorando.
— ¿Qué mierda sucedió, Alice? — le preguntó.
— No es mi deber hacerte saber — respondió ella.
La castaña al no recibir respuestas de ningún tipo, se tiro ante el cuerpo de su madre, sin comprender lo que realmente sucedía tras esto, lloro por horas sin parar.
— Tenemos que ir a la madriguera — le aviso, Ginevra — no nos iremos sin que estés lista para hacerlo — si sucede algo, ésta casa estará disponible para ti siempre.
En la noche dejo de llorar o simplemente se le acabaron sus lágrimas, tomo varias cosas mientras se limpiaba las lágrimas, la familia se reunió y aparecieron a la fuera de la propiedad de los Weasley.