El mundo mágico siempre ha tenido secretos, unos más importantes que otros.
Secretos en cada esquina, en cada familia y más si dos personas que no debían estar destinadas a estar juntas, quieren estarlo.
Nadie debe saber sobre sus miradas, caricias...
Al día siguiente despertó a sus compañeras para que fueran a la clase de Transformaciones, llegaron unos minutos antes, la castaña se sentó junto a Neville quienes conversaban sobre la clase, los slytherin comenzaron a entrar al aula, el rubio se sentó justo en la mesa de al lado de Hermione, ella lo notó pero siguió platicando con su compañero para que se sintiera ignorado cosa que logro, ya que el niño enojado golpeo la mesa con el libro de la materia; la Profesora McGonagall llegó y notó lo que había hecho Draco.
— No deberías hacer eso joven Malfoy, esas mesas llevan aquí más de cien años — se sentó en su escritorio.
Dio por iniciada la clase y unos segundos después la profesora ya no se encontraba, en su lugar había un gato grisáceo, Ron y Harry iban entrando a la clase corriendo, la castaña desaprobó su retardo junto con Neville, Malfoy se dedicó a criticarlos como siempre desde que lo conocieron.
— ¡Llegamos! — exclamó el pelirrojo — te hubieras imaginado la cara que hubiera puesto la vieja si llegamos tarde — se burló.
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La gata que se encontraba en lugar de McGonagall bajo de un salto convirtiéndose en la Profesora, una transformación digna de admirar — ¡eso estuvo brillante! — la felicito.
— Gracias por esa evaluación — agradeció McGonagall — ¿quizá sería más útil transformar a uno de ustedes en reloj y ponerlo en su bolsillo?, así, quizá uno llegaría a tiempo — exclamó la vieja
— Nos perdimos — se defendió Harry
— Entonces... ¿quizá en un mapa?... ¿necesitan uno para hallar sus sillas? — preguntó la profesora y los dos niños negaron con la cabeza
...
— ¡Diablos!, no sé dónde están las mazmorras... — volteo a dentro del aula de Transformación para verificar si sus compañeros se tardarían mucho y así lo era
Ron y Harry como llegaron tarde la Profesora McGonagall les había puesto un poco más de trabajo y Neville aún no terminaba, observo que Malfoy, Crabbe y Goyle se levantaban de su asiento, ella rápidamente dirigió su vista a un grupo de chicas de Ravenclaw que estaban del otro lado de la escuela; el grupo de Malfoy la vio sola y no dudaron en acercarse a molestar.
— ¡Granger!... — la castaña volteo exaltada — ¿esperando a tus desagradables amigos? — Malfoy se comenzó a acercar a ella en forma de reto.
— ¡Ellos no son desagradables!... — lo empujo con el libro de la materia pasada — así que, me disculpas... tengo una clase a la que ir... — se alejó de ellos.
— ¿No esperabas a los perdedores? — gritó Malfoy
— ¡No si tu estas rondando para molestar!... — se acercó ahora ella retándolo — más vale que te alejes de mí y de mis amigos... si no... — la castaña pensaba en que decir
