Stydia Oneshots <3

Control

And this time I'm gonna do it my way
I hope you enjoy it as much as I do.
~ Control

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Stiles y Lydia bajaron del Jeep y se dirigieron hacia la puerta de la casa. Ya desde la manzana anterior se oía la música sonar a todo volumen, y cuando divisaron la casa comprobaron que todas las ventanas que daban a ese lado de la calle tenían la luz encendida.

Conforme avanzaban por el camino de entrada se fueron cruzando con muchas personas que también habían asistido a la fiesta. Algunas de ellas les sonaban de vista, a otras no las habían visto en la vida.

Debía de haber corrido la voz de que Erica hacía una fiesta en su casa, pues era imposible que el círculo de amigos de la chica fuera tan amplio.

En cuanto pusieron los pies en la casa, Stiles y Lydia buscaron con la mirada a Erica, y, en cuanto la encontraron, se acercaron a ella para saludarla. Sin embargo, en seguida se alejaron de la anfitriona, pues Lydia quería bailar.

Cogió a Stiles del brazo y tiró de él hasta que ambos llegaron a la "pista de baile". En realidad no era más que el centro del comedor, pero era donde había más gente. Y estaban bailando. Así que debía de ser la pista de baile.

Empezaron a bailar. Bueno, más bien Lydia empezó a bailar, muy bien, de hecho. Stiles solo se movía ligeramente, cambiando su peso de pierna a pierna y de vez en cuando haciendo algún movimiento con los brazos. No le iba mucho lo de bailar, pero sabía que a Lydia le encantaba, así que siempre la acompañaba a la pista cuando iban a una fiesta.

Stiles miraba a Lydia y sonreía viéndola darlo todo bailando. De vez en cuando soltaba una pequeña carcajada cuando su amiga se emocionaba demasiado o cuando intentaba que Stiles se moviera más.

Lydia solía agarrarlo de los brazos y pegarse un poco más a él para ver si conseguía que el chico hiciera un poco más de lo que él consideraba bailar. Era entonces cuando Stiles solo le respondía con esas pequeñas risas. Nunca bailaba más de lo necesario.

-Voy a por algo de beber -Stiles se inclinó un poco sobre ella para asegurarse de que la escuchaba. -¿Quieres que te traiga algo?

Lydia asintió con la cabeza y vio cómo Stiles se alejaba hacia la cocina. Una vez allí, el chico cogió dos vasos rojos de esos que había en todas las fiestas estadounidenses y los comenzó a llenar de la cerveza que había en el barril sobre la mesa.

En cuanto los dos vasos estuvieron completamente llenos, Stiles se dispuso a volver junto a Lydia. Sin embargo, no estaba preparado para encontrarse con lo que vio conforme llegaba al sitio.

Jackson, el insoportable y pedante capitán del equipo de lacrosse, se había acercado hasta Lydia y tenía los brazos extendidos hacia ella. No solo eso, sino que la había agarrado de una de sus muñecas para atraerla hacia sí.

Le estaba susurrando algo al oído, y Stiles vio cómo Lydia negaba con la cabeza a modo de respuesta a lo que fuera que le hubiera dicho Jackson. Stiles también pudo comprobar que Lydia intentaba soltarse del agarre del chico, que parecía no querer dejarla ir.

Stiles se había parado a unos dos o tres metros de distancia, pero en cuanto vio que Jackson no tenía intención de alejarse de Lydia, recuperó la movilidad.

-Suéltame -le dijo Lydia a Jackson cuando Stiles llegó junto a ellos.

-Vamos, no me irás a decir que no te apetece ese revolcón -dijo Jackson con una sonrisa que a Stiles le provocó arcadas.

-Te ha dicho que la sueltes -intervino Stiles de repente.

Jackson lo miró por primera vez y se echó un poco hacia atrás, aunque sin soltar el brazo de Lydia. Lo recorrió con la mirada de arriba a abajo y, finalmente, soltó una risita.

-¿Y quién es este? -preguntó con burla.

-Soy Stiles, el que te va a partir la boca como no dejes en paz a Lydia.

Jackson volvió a reír, separándose de Lydia al fin.

-Creo que Lydia está más interesada en mí que en ti, larguirucho.

-Pues crees mal, porque es mi novia -Stiles dijo lo primero que se le vino a la mente para contestar al imbécil de Jackson.

Justo cuando vio que Jackson abría la boca para responderle, Stiles decidió que quería que se callara de una vez. Así que, sin pensarlo mucho, le dio los dos vasos de cerveza al primero que pasó por su lado y se giró hacia su amiga para besarla.

Lydia se quedó paralizada por la sorpresa, pero en seguida le siguió el juego a Stiles y le devolvió el beso. Unos segundos más tarde, ambos escucharon cómo Jackson insultaba una última vez a Stiles y se marchaba de allí.

Sin embargo, el beso no acabó en ese momento, como habría sido normal. En cuanto Jackson se alejó, Lydia alzó los brazos y rodeó con ellos el cuello de Stiles. Se apretó más contra él, borrando cualquier espacio que quedara entre ambos y enredó los dedos en su pelo.

Stiles abrió la boca lo justo para dejar que su lengua se hiciera camino hasta la boca de ella. Subió una mano hasta su mejilla y la acarició, para después ir deslizando sus dedos lentamente por su cuello hasta su clavícula, y de ahí a lo largo de todo su lateral hasta depositar la mano sobre su cintura.

El beso era apasionado, tanto que a Lydia se le escapó un gemido en la boca de Stiles cuando separaron sus labios. Tardó unos segundos en abrir los ojos, y cuando finalmente lo hizo, lo miró directamente a los suyos.

-Vámonos de aquí -le pidió.

Stiles asintió y, cogiéndola de la mano, la arrastró fuera de la casa y hasta el Jeep. Cuando los dos estuvieron dentro se quedaron un momento callados, mirando al frente.

-No tenías por qué hacer eso -dijo Lydia tras un rato.

Stiles la miró, sorprendido, pensando que Lydia se arrepentía de haberlo besado, a pesar de que unos minutos antes no lo parecía. Iba a contestarle, pero la chica se le adelantó.

-Yo misma podía haber hecho que Jackson se alejara. Tenía la situación bajo control.

-A mí no me ha dado esa sensación...

-Pues es la verdad -continuó Lydia. -Y has llegado tú y te has hecho tú solito con el control.

Stiles no sabía si Lydia estaba enfadada. Solo sabía que él estaba muy confundido. Intentó hablar pero ella se lo volvió a impedir, adelantándose.

-Por eso ahora tengo que recuperar el control -dijo, en un tono de voz tan bajo que Stiles podría jurar que no quería que él lo hubiera escuchado.

El chico frunció el ceño e inclinó la cabeza ligeramente. Ni siquiera le dio tiempo a darse cuenta de cómo Lydia se acercaba rápidamente hasta él para salvar la distancia que los separaba y juntar sus labios por segunda vez en aquella noche.

Sin separarse el uno del otro, Lydia logró cambiarse de posición y sentarse sobre el regazo de Stiles, las manos sobre su pecho. Stiles subió las manos por sus brazos desnudos hasta que llegaron a su pelo, donde enredó los dedos. Lydia le había cogido las mejillas con ambas manos y profundizaba el beso, sin duda disfrutando de poder manejar ella la situación. Stiles lo podía notar en su sonrisa que notaba bajo su boca.

Al fin rompieron el beso.

-Me gusta cuando tú controlas la situación -susurró Stiles, aún con las bocas muy juntas.

Lydia apoyó la frente sobre la de él y sonrió, pasándole un dedo por los labios antes de volver a besarle.