Stydia Oneshots <3

Take my breath away

Through the hourglass I saw you
In time you slipped away.

~ Take my breath away

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Lydia se adentra lentamente en el cementerio y se acerca con paso suave pero firme hasta la tumba que viene a visitar. No es la primera vez que viene, y tampoco será la última, lo sabe muy bien. Desearía no tener que ir hasta allí para contarle a su mejor amiga las novedades de su vida y las de sus amigos, pero, desde hace año y medio, no hay otra manera de hacerlo. Si quiere mantener a Allison informada de lo que pasa en Beacon Hills, tiene que ir al cementerio y hablarle a la lápida que tiene su nombre grabado.

Sabe que ella no es la única de la manada que acude allí para hablar con Allison: Scott y Stiles también lo hacen de vez en cuando, pero ella es la visitante más regular. Todos necesitan alguna vez estar cerca de ella, hablarle y esperar inútilmene a que les conteste. Al menos eso es lo que había esperado Lydia las primeras veces que había ido al cementerio. Sin embargo, ya no es ese el caso: después de tanto tiempo, la chica se ha acostumbrado a ser ella la que da conversación, mientras que Allison es la que escucha. Eso no significa que la pérdida de Allison ya no le duela, porque nunca dejará de dolerle, solo que ahora al menos ha aprendido a sobrellevarla.

Hoy, Lydia tiene algo muy importante que contarle a su mejor amiga. Cuando llega a su habitual sitio a un metro de la lápida, se detiene y la observa un segundo antes de depositar con cuidado las flores que ha traído para ella. Puede distinguir unas rosas frescas de un color claro que no llevan mucho tiempo ahí. Lydia sabe con seguridad que son de Scott; él siempre lleva esa flores, igual que ella siempre lleva lirios blancos.

-Hola, Ally -saluda Lydia.

Siempre intenta mostrarse animada cuando va al cementerio. Es su forma de no derrumbarse al hablar con Allison, así que ahora se fuerza a torcer las comisuras de los labios levemente hacia arriba para tornarlos en una triste sonrisa.

-Tengo algo muy importante que contarte desde la última vez que hablamos, ¿sabes?

Lydia hace una pausa para ordenar los pensamientos de su cabeza.

-Una vez, hace ya un tiempo, me preguntaste si recordaba lo que era ver a tu novio por los pasillos de la escuela y no poder respirar hasta estar con él. O estar en clase y no poder dejar de mirar el reloj porque sabes que él está fuera esperando a que tú acabes y salgas. Yo podía ver en tus ojos que eso es lo que tú sentías por Scott, pero, como te dije, yo nunca había sentido nada de lo que me habías dicho. Ningún chico había conseguido que mi vida dependiera de él hasta tal punto, lo que me causó una punzada de envidia.

Lydia hace una pausa y se aclara la garganta antes de continuar.

-Yo quería saber cómo se sentía que alguien causara ese efecto en ti, quería sentirme querida, pero me había ganado una reputación que no permitiría que eso pasara. Ningún chico me veía como alguien más que una niña popular y malcriada, así que tuve que construir un escudo que me protegiera del daño que la gente no se daba cuenta que me hacía. Pero, Ally, todo este tiempo ha habido alguien que siempre ha sabido la verdad sobre mí sin necesidad de que nadie, ni siquiera yo, se la contara. Él ha sabido escucharme en silencio y desde la distancia, y yo nunca me esforcé en interesarme por él hasta que me di cuenta de que quizás era la única persona que podía hacerme abrir los ojos y afrontar la realidad.

Lydia cierra los ojos y recuerda algunos de los momentos en que se ha sentido valorada, protegida y querida por él. Por ejemplo, aquella vez en que estaba tumbada sobre su cama, preocupada por haberle metido en problemas en vano, y él le aseguró que confiaba en ella, que estaba seguro de que tenía razón. También cuando pisó la trampa para animales en el bosque y él fue capaz de sacarla de allí sin que se cerrara sobre su pie. O cuando no quiso que Lydia volviera a Eichen House si no era con él por miedo a que le pudiera pasar algo. Lydia continúa hablando.

-No hace falta que te diga de quién se trata, porque sé que lo sabes muy bien. Y también sé que, quizás con Scott, eres la única persona que sabe que mis sentimientos hacia él son recíprocos. Nunca me he atrevido a abrirme a nadie, pero Scott y tú me conocéis demasiado bien como para no daros cuenta de cómo le miro -Lydia suspira y sonríe. -La verdad es que no entiendo cómo él nunca se ha dado cuenta.

Ahora viene la parte nueva, la principal razón por la que Lydia ha ido hoy al cementerio.

-Pero el otro día todo cambió, Ally. Nos han estado pasando cosas muy malas en Beacon Hills. Supongo que Scott ya te habrá puesto al corriente, pero hemos estado sufriendo ataques de quimeras que nos han llevado a muchos al borde del caos. Yo incluso perdí el control sobre mí misma y me tuvieron que internar en Eichen. Pero él me sacó de allí, ¿sabes? Arriesgó su vida para salvarme. Cuando pensé que había pasado página, que ya me había olvidado, me di cuenta de que no era así. Así que se lo dije; le confesé que yo no podía vivir sin él y le conté todo lo que sentía desde el principio.

Lydia se abraza para protegerse del frío y sonríe. A diferencia de antes, esta sonrisa es genuina y sincera; no se obliga a mostrarla, ya que le sale sola.

-Ahora estamos juntos -dice al fin. -Desde el momento en que reuní el valor suficiente para contarle la verdad, es como si mi vida se hubiera vuelto mil veces más llevadera. Siempre está ahí para que no se me olvide que puedo contar con él, para que no se me olvide que, pase lo que pase, siempre nos vamos a tener el uno al otro. Y lo mejor es que por fin sé lo que es que tu novio haga que se te corte la respiración o que no puedas esperar a salir de clase para abrazarlo. Ya comprendo por qué me dijiste eso, y ahora te digo que sí, te entiendo. Si solo estuvieras aquí con nosotros para poder ver con tus propios ojos lo que sé que tanto tiempo esperaste que pasara... Nunca me lo dijiste, pero sé que deseabas que acabásemos juntos.

Lydia deja de hablar y se prepara para la despedida, que suele ser la parte más difícil de todas. Sin embargo, esta vez se siente un poco más animada, así que algo le dice que no le va a costar tanto como otras veces.

-Te echo muchísimo de menos, Allison. Todos lo hacemos. Y todos los días nos acordamos de ti y deseamos que estuvieras con nosotros, aunque, de alguna manera, lo sigues estando. Gracias por escucharme siempre; espero haberte alegrado el día con lo que te he contado. Nos vemos pronto.

Y, sin añadir nada más, Lydia gira sobre sí misma y empieza a alejarse de la tumba de su mejor amiga. Otras veces le ha oprimido un dolor en el pecho conforme se marchaba del cementerio. Ahora, sin embargo, una sensación de calidez se expande por todo su cuerpo, y sabe que Allison está feliz por que ella y Stiles al fin estén juntos.