Mi chica favorita

2K 135 35
                                    

Una tarde más perdida. Lydia desliza la pantalla de su móvil hacia abajo para ver por enésima vez las fotografías que han colgado sus amigos y amigas en Facebook. Lucen sonrisas radiantes confirmadas por las notas a pie de cada una de las fotos, a juego con la felicidad que rebosa por todas partes.

El caso de Lydia es la excepción, por supuesto, ya que ella ni siquiera tiene fotografías que publicar para mostrar lo aburrida que es su vida. Mentira, no es que sea aburrida al cien por cien; tiene un trabajo que le encanta y gente con quien compartir sus aficiones. Pero siente que le falta esa persona especial con quien compartir algo más allá de sus gustos.

Busca a alguien que la comprenda, que la escuche, que la busque, que la necesite. Alguien que la quiera y a quien ella pueda querer. Y es justamente por este motivo que se ha creado un perfil en varias páginas de citas online. A ver si por fin encuentra a esa persona especial, ya que queda visto que su círculo social próximo no incluye a nadie que quiera compartir todo eso con ella. Tendrá que probar por internet.

Ahora, sentada en la mesa de una cafetería poco frecuentada de su zona, está un paso más cerca de tirar la toalla hasta con las citas por internet. Lleva más de dos meses inscrita y no ha tenido ningún éxito. Sinceramente, los tipos con los que se ha juntado solamente buscaban sexo. Una parte de Lydia ni siquiera está sorprendida por ello.

—Vaya —el único camarero del lugar se acerca a su mesa y se dedica a limpiar la mesa de Lydia con un trapo—, pero si es mi chica favorita.

Lydia pone los ojos en blanco pero sonríe. Levanta la vista de su móvil, apartando las fotos de Facebook de su mente por un momento.

—No creo que nos conozcamos lo suficiente como para que puedas decir que soy tu chica favorita —apunta Lydia enarcando una ceja—. Esta es la tercera vez que vengo a tu cafetería, con suerte conozco tu nombre.

—Y ni siquiera es mi cafetería. —El chico ríe y se gira para observar el resto de mesas—. Teniendo en cuenta que solo estáis tú y el hombre gordo de la mesa de la esquina, definitivamente eres mi chica favorita.

—Deberías hacértelo mirar, Stiles. Ni siquiera me conoces.

Al comprobar que el otro cliente está muy ocupado devorando los tres donuts que le ha servido hace un rato, Stiles toma una decisión y arrastra hacia atrás la silla que hay frente a Lydia. Se sienta y apoya ambos codos sobre la mesa, la barbilla sobre sus manos.

—Sé que este es el tercer día consecutivo que vienes aquí y que estás inscrita en páginas de citas online.

Lydia enarca una ceja.

—¿Cómo sabes eso? —pregunta—. ¿Acaso tú también lo estás y me has encontrado por alguna?

—No, pero soy un chico observador y me he fijado en estos últimos días. —Stiles inclina la cabeza sin borrar su sonrisa—. También sé que siempre pides café negro con dos cucharadas de azúcar.

—Y si tan bien lo sabes, ¿cómo es que todavía no me lo has servido?

Al escuchar eso, Stiles no puede evitar echar el cuerpo hacia atrás y mirarla con ojos curiosos. Le lanza una sonrisa antes de levantarse y decirle que enseguida le traerá su pedido. Probablemente sea esa la mejor noticia que Lydia ha escuchado en todo el día.

Menos de tres minutos después, el camarero —Stiles— vuelve con una humeante taza de café negro que deja sobre la mesa que ocupa Lydia. La chica abre la boca para preguntar, pero él se adelanta.

—Ya lleva las dos cucharadas de azúcar.

Lydia permanece en silencio durante unos instantes, debatiendo internamente cómo actuar a continuación.

Stydia Oneshots <3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora