Stydia Oneshots <3

Total eclipse of the heart

Once upon a time there was light in my life
But now there's only love in the dark.

~ Total eclipse of the heart

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Lydia entró con aire de irritación en el instituto, algo que ya se había convertido en costumbre durante cada día de la última semana. Resoplaba y llevaba algunos libros pegados al pecho que sujetaba con un brazo, mientras que con la otra mano agarraba con fuerza su bolso. Estaba enfadada con él; no solo por lo que había hecho, sino porque por su culpa había empezado a odiar el ir a clase, ya que sabía que ahí no había forma de evitarlo. Y evitarlo era todo lo que Lydia quería en ese momento.

Sin detenerse a hablar con nadie, llegó hasta su taquilla y sacó el material necesario para la primera clase. Esperaba que el día transcurriera rápidamente; entrar al aula, escuchar las explicaciones de sus profesores, y juntarse únicamente con Kira en la hora del almuerzo. Sencillo y estructurado, pero sabía que no iba a salir como ella deseaba, al igual que había ocurrido el resto de días.

Ya estaba a punto de alcanzar la puerta de clase, unos metros más y estaría allí. Entonces solo tendría que sentarse y esperar que él llegara tarde, como había sido habitual tiempo atrás. Pero no esta semana. Justo cuando iba a poner un pie en el aula, un brazo se cruzó en su camino y le impidió el paso, haciendo que Lydia impactara contra la persona en cuestión. Persona que, aunque no hubiese visto su cara todavía, sabía perfectamente quién era.

-Lydia -dijo él-. Tenemos que hablar.

Lydia lo encaró y esbozó una mueca que habría ido acompañada de fuego en sus ojos si eso hubiera sido posible. Ahogó sus ganas de golpearle con los libros que cargaba, pues ya le había pegado suficiente cuando su discusión empezó, una semana atrás. En cualquier caso, las ganas no le faltaban.

-No, Stiles. No tenemos nada de qué hablar. -Sus palabras fueron secas y duras, pero Lydia ya no tenía ni fuerza ni energía suficientes como para volver a empezar una conversación que acabaría en pelea, al igual que tantas otras-. Cada vez que lo hacemos terminamos gritándonos y, sinceramente, ya no estoy de humor para tus juegos.

-¿Mis juegos? -inquirió él, alzando las cejas con incredulidad.

Stiles la tomó por el brazo cuando Lydia intentó entrar en clase, cosa que la molestó hasta niveles que estaba segura no eran sanos para la salud humana. Le lanzó una mirada asesina y apretó los labios antes de apartar su brazo con fuerza y dar un paso hacia atrás para quedarse en el pasillo en vez de entrar al aula. Lo miró con la expresión más seria que pudo mostrar.

-¿Para qué quieres hablar? -preguntó la chica-. Sé lo que me vas a decir y tú sabes la respuesta que te voy a dar; no entiendo por qué sigues insistiendo.

Con pasos firmes, Stiles la acorraló contra la pared del pasillo, el cual se había vaciado por momentos. Ya solo quedaban ellos dos, desafiándose con la mirada y gritándose en silencio cosas que ni ellos mismos sabían que se querían decir. O quizás sí que lo sabían, pero eran demasiado cabezotas como para admitirlo.

-Quiero que me devuelvas mi sudadera. -Stiles pronunció las mismas palabras que había estado dirigiendo a Lydia desde que se habían peleado, por lo que la chica no se sorprendió al escucharlas.

-Sabía que me ibas a decir eso, igual que tú sabes perfectamente lo que te voy a contestar -repuso Lydia con la mirada fija en la de él-. Pero te lo voy a repetir, porque parece ser que no entra en tu cabeza, Stiles. No tengo tu maldita sudadera. Te lo puedo decir más alto, pero no más claro.

Stiles hizo una mueca, pero ya contaba con la respuesta de Lydia, que era la misma de siempre.

-Yo creo que sí que la tienes -se aventuró, acercándose peligrosamente a la cara de Lydia y obligándola a pegar su espalda completamente contra la pared. Stiles no le daba miedo, pero su proximidad sí que se lo daba-. Te la dejé tras mi último partido de lacrosse y nunca me la devolviste, así que tienes que tenerla tú sí o sí.