The only exception

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And up until now
I had sworn to myself that I'm content
With loneliness.

~ The only exception

~~~

Todo parecía funcionar a cámara lenta. Era como en las películas, cuando el protagonista recibe una noticia y, al segundo siguiente, todo a su alrededor parece detenerse y suceder mucho, mucho más despacio. En este caso, Lydia era la protagonista de la película, y había recibido una noticia que la había impulsado al hospital directamente. Ni siquiera recordaba nada de lo que había pasado desde la llamada hasta que había llegado al hospital.

No prestaba atención a los médicos y a las enfermeras que le pedían por favor que ralentizara el paso, que no se podía correr en el hospital. Nada de eso importaba hasta que no supiera con certeza que él estaba bien. Tenía que estar bien, si no, Lydia no sabía cómo iba a reaccionar.

Cuando por fin se detuvo, solo fue porque el Sheriff se plantó delante de ella y la agarró por los hombros, esperando con paciencia a que Lydia dejara de temblar y a que estuviera en condiciones de escuchar lo que le tenía que decir. Lydia intentó recomponerse con rapidez; quizá debería empezar por respirar como una persona normal.

—¿Qué ha pasado? —preguntó Lydia sin darle tiempo al Sheriff a explicarse—. Me ha llamado Scott, me ha...

—Lydia, Lydia. —La mirada del señor Stilinski se encontró con la de la chica y, de alguna manera, consiguió calmarla un poco—. Está bien. Stiles está bien. No ha sido un accidente grave, así que está fuera de todo peligro.

Automáticamente, Lydia sintió una inmensa sensación de alivio expandirse por todo su cuerpo. Había estado en tensión sin darse cuenta, aunque, claro, cualquiera lo habría estado tras recibir una llamada que comunicaba el accidente de tráfico de un amigo. ¿Solo un amigo? Eso es de lo que Lydia había intentado convencerse durante mucho tiempo ya. E incluso de lo que había estado intentando convencer a Stiles.

Porque sí, había habido besos. No dos, ni tres, sino varias sesiones de ellos. No era ningún secreto que existía cierta tensión entre Stiles y Lydia -¿quién no lo habría notado?- y, hartos de negar lo evidente, un día Lydia terminó entre los brazos de Stiles y con sus labios sobre los del chico. No sabía por qué lo había hecho, pero no podía -ni quería- hacer nada para despegarse de él.

Desde entonces, habían repetido unas cuantas veces, pero Lydia siempre terminaba diciendo que esos besos no significaban nada, que solo eran un forma de diversión. Una vía de escape de todo lo malo que ocurría en Beacon Hills. Y cuando a Stiles se le ocurría sugerir lo contrario, que quizá todos esos besos eran algo más que "diversión", Lydia lo callaba con más besos. No había opción a discusión, Lydia así lo quería.

(Cabía la mínima posibilidad de que quisiera evitar el tema porque tenía miedo. Miedo a que la conversación se fuera por un camino por el que ella nunca había pasado, o incluso miedo a que el camino le gustara pero no supiera cómo atravesarlo con éxito. Lo mejor era hacer como si no existiera, por supuesto).

—¿Puedo pasar a verle? —preguntó Lydia, volviendo a la realidad.

El Sheriff dudó. Por un momento, Lydia estuvo segura de que diría que no, pero algo en los ojos de la chica hizo que el hombre cambiara de opinión.

—Sí, aunque ahora mismo está dormido —dijo—. Le han sedado bien. Quizá quieras pasar en otro momento.

—No. —Lydia lo tenía claro—. Me gustaría pasar cuanto antes, si puede ser.

—Claro, como quieras, Lydia.

El señor Stilinski se hizo a un lado y Lydia entró en la habitación, el corazón latiéndole con más fuerza que nunca en el pecho y las manos temblándole involuntariamente. Era ridículo; ya sabía que Stiles estaba bien, que estaba a salvo. No había razón alguna para estar tan condenadamente nerviosa. ¿O sí que la había?

Stydia Oneshots <3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora