Stydia Oneshots <3

Perfect two

Don't know if I could ever be
Without you 'cause boy you complete me

~ Perfect two

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Stiles aparcó el Jeep delante de la puerta de la librería y bajó de un salto. Estaba animado; cualquiera podría decirlo al ver su sonrisa y el destello de felicidad en sus ojos. Se dirigió hacia dentro del edificio y escuchó el sonido de la campana al abrirse la puerta. Una señora mayor levantó la cabeza del mostrador y lo miró. En cuanto lo reconoció, le ofreció una sonrisa.

-Hola, Stiles -los rasgos de la mujer eran muy agradables, como siempre, por lo que Stiles no pudo evitar devolverle la sonrisa.

-Hola, señora Miller -saludó Stiles. -¿Dónde está?

-Pasillo tres, ordenando los libros de la estantería.

Stiles le dio las gracias y se encaminó hacia donde le había dicho. Nada más girar la esquina que daba a ese pasillo, vio a Lydia subida a una silla, con unos cuantos libros en un brazo y alargando el otro para colocar uno de ellos en un hueco en el estante. Le daba la espalda, así que no se dio cuenta de que él había llegado. En vez de decir nada, se quedó apoyado contra el metal de la estantería, contemplándola con media sonrisa.

Aún a día de hoy le costaba creer que la preciosa chica que tenía delante fuera su novia, y eso que ya hacía más de cuatro años que estaban juntos. Habían empezado a salir durante el último año de instituto, y así seguían desde entonces. Habían mandado solicitudes a las mismas universidades del país; una de ellas los había aceptado a ambos, así que se mudaron a Ohio para pasar los próximos cuatro años de sus vidas allí.

Ahora que habían acabado sus respectivas carreras -Lydia había estudiado Matemáticas y Stiles, Criminología-, habían decidido volver a Beacon Hills, donde sus familias y amigos los esperaban con los brazos abiertos. Los dos habían buscado un pequeño trabajo para tener algo que hacer durante el verano, además de para poder ganar su propio dinero, aunque no fuera mucho. Stiles había conseguido unas prácticas en la comisaría del pueblo, mientras que Lydia era encargada en la librería.

Stiles sabía lo mucho que le gustaba a Lydia estar rodeada de libros, por eso no dijo nada para llamar su atención en un principio, pero cuando llegó a la conclusión de que la chica no tenía intención de bajarse de la silla hasta que estuviera todo perfectamente ordenado, Stiles decidió hacerse notar de una vez. Carraspeó ligeramente, esperando que Lydia se girara para mirarle. Eso hizo.

-¡Stiles! -le saludó con una sonrisa enorme. -¿Qué haces aquí?

Lydia dejó de cualquier manera los últimos libros que le quedaban por colocar en uno de los estantes mientras Stiles se acercaba hacia ella. El chico alargó los brazos para cogerla de la cintura y ayudarla a bajar. Cuando estuvo en suelo firme, le dio un corto beso en los labios.

-Vengo a recogerte, Lyds -le dijo sin desviar la mirada. -Ya son las cinco.

Lydia miró el gran reloj que había colgado en una de las paredes y abrió mucho los ojos al comprobar que Stiles tenía razón. Él soltó una risita y le apartó un mechón de la cara. No le sorprendió que no se hubiera dado cuenta de la hora; sabía que, si por ella fuera, se quedaría en la librería mucho rato más.

-Vamos, tengo una sorpresa para ti -le dijo cogiéndola de la mano y arrastrándola hacia la puerta.

-Pero...

-Mañana acabarás de ordenar -sin dejar de caminar hacia la puerta, Stiles se giró hacia Lydia y le dio un beso largo, cubriendo su mejilla con la mano que tenía libre. Casi se caen al suelo por besarse mientras andaban. -Ahora olvídate del trabajo y disfruta de una tarde con tu novio.