The power of love

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I'll protect you from the hooded claw
Keep the vampires from your door
When the chips are down I'll be around
With my undying death defying love for you

~ The power of love

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Nada más poner un pie dentro de casa, Stiles sintió en el aire que algo no iba bien. Desde que eran unos adolescentes habían estado conviviendo con la amenaza de que el día siguiente podía ser el último para cualquiera de ellos, pero, por milagroso que pudiera parecer, seguían vivos. Casi todos.

A día de hoy, sus vidas adultas estaban relativamente alejadas de los peligros sobrenaturales, y esa sensación que flotaba esa tarde en el aire de casa de Stiles y Lydia no solía ser habitual. El ambiente pasó de la frescura de la tarde de otoño a una tensión que prácticamente se podía cortar con un cuchillo con solo cruzar el umbral.

Al fin y al cabo, si compartir casa con una banshee ya tenía sus complicaciones de vez en cuando, que fueran dos tan solo hacía que multiplicar los efectos. Sin embargo, Stiles pudo distinguir enseguida que, al menos esta vez, no era un peligro sobrenatural lo que estaba causando este cambio en el ambiente. Para nada.

Lydia estaba de mal humor.

No era la primera vez que ocurría, aunque no solía ser frecuente que la carga en el ambiente fuera tan fuerte como la estaba sintiendo Stiles. Claramente estaba alterada por algún motivo, y no era tanto su condición de banshee sino la de madre agotada la que avivaba su malhumorado estado de ánimo.

Sin pensárselo mucho, Stiles se dirigió hacia la cocina, donde sabía que encontraría a Lydia, y cuando esta entró en su campo de visión, deseó haberse parado un segundo a pensar en cuál podría ser la causa del enfado de la chica. Ya era demasiado tarde para dar marcha atrás, ahora solo quedaba enfrentarse a lo que fuera que su novia iba a lanzar contra él.

—¿Dónde estabas? —siseó Lydia nada más verle. Era evidente que lo había escuchado entrar hacía unos segundos, por lo que la entrada de Stiles a la cocina no la había pillado desprevenida—. Llevo una hora esperándote.

La mente de Stiles trabajó rápidamente al tratar de recordar si habían quedado en que volvería a alguna hora concreta antes de salir a trabajar, pero no lograba encontrar nada. Sin acercarse a Lydia, se atrevió con la verdad.

—Vengo de trabajar, Lyds. Como siempre.

Habló suavemente, pues no quería alterarla más de lo que evidentemente ya estaba. Por supuesto, su intento no sirvió de nada. Con el bebé en los brazos, Lydia fulminó a Stiles con la mirada, y el chico se dio cuenta de que estaba luchando internamente contra su instinto más salvaje para no gritarle. A diferencia de su madre, Mila se veía tranquila mientras se tragaba a buen ritmo la leche del biberón que Lydia sujetaba ágilmente.

—Stiles. —Su tono de voz era calmado, pero escondía ese deje de peligro que Lydia tan bien sabía manejar y que él tanto temía—. Esta mañana te he preguntado si podías venir antes para quedarte con la niña de modo que yo pudiera ir a la universidad y así organizar todo el papeleo para cuando me reincorpore al claustro. Me has dicho que aquí estarías. ¿Acaso te has sumado al club sobrenatural y ahora puedes hacerte invisible? ¡Porque no te he visto!

Stiles se había quedado pálido mientras Lydia hablaba. Ahora que lo decía, era cierto que algo le sonaba que le había dicho su novia un poco antes de que saliera de casa aquella mañana. Y tenía que admitir que había tenido tanta prisa porque llegaba tarde a trabajar, que no había llegado a escucharla del todo mientras terminaba de arreglarse. Tan solo había murmurado un rápido 'de acuerdo', uno que ahora le estaba costando la tarde.

Stydia Oneshots <3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora