On my own

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I love him
But every day I'm learning
All my life
I've only been pretending.

~ On my own

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Antes de empezar, quiero aclarar que Los Miserables es mi musical favorito de la historia, y que justamente esta canción me da en los feels cada vez que lo veo o simplemente la escucho. Si no habéis visto la película/el musical, no sé a qué estáis esperando.

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Lydia caminaba despacio por las calles de Beacon Hills. Hacía viento y las nubes indicaban que iba a empezar a llover de un momento a otro, pero esa era la menor de sus preocupaciones. Últimamente no aguantaba mucho tiempo encerrada en su casa, así que los paseos se habían vuelto una costumbre de cada tarde. De esta manera podía aclararse la mente, aunque solo fuera durante un par de horas.

Todo había empezado hacía unos cuantos meses; cuatro o cinco, Lydia no sabría decirlo con exactitud. Y es que ni ella misma hubiese esperado nunca que llegaría un día en que deseara que el torpe y sarcástico Stiles Stilinski la correspondiera. Porque sí, sus sentimientos por el chico de cuya existencia no había sido consciente hasta hacía poco eran ahora más fuertes que nunca. Lydia no sabía si estaba enfadada o aterrada por ello. Enfadada porque se culpaba a sí misma por haber estado ciega tanto tiempo; aterrada porque Lydia Martin nunca se había enamorado. No como ahora.

La chica sabía que le gustaba a Stiles desde que se lo confesó en el baile del instituto, pero entonces ella no hizo más que restarle importancia a sus palabras. Muchos chicos estaban colados por ella en aquellos tiempos, cuando era la bonita, adorable y nada inteligente Lydia, así que para ella, Stiles solo era uno más que añadir a la larga lista. Cuando el chico se diera cuenta de que no tenía ninguna posibilidad con ella, se cansaría de perseguirla y seguiría adelante.

Resulta que, para la desgracia de Lydia, exactamente eso era lo que había pasado. Lo malo era que no todo había ocurrido como ella había esperado. Y es que hacerse su amiga poco a poco hasta darse cuenta de que Stiles era una bellísima persona no entraba precisamente en sus planes. Cuando, una tarde que estaba tumbada sobre su cama hablando sobre el castigo que él había recibido por ella, él le confesó que volvería al colegio solo para demostrar que ella tenía razón, Lydia comprendió que el chico que tenía delante le gustaba. No sabía si le gustaba como amigo, como persona que la hacía sentirse bien consigo misma, o si le gustaba como algo más. Solo sabía que le gustaba y que eso nunca antes le había pasado.

Tardó un poco en hacerse a la idea, pero llegó un día en que supo que tenía que hablar con él para aclarar sus sentimientos. El problema era que nunca parecía el momento adecuado, así que todas las noches se iba a la cama con la promesa de que lo haría al día siguiente. Hasta que, un día, esa oportunidad que había tenido en la punta de sus dedos tantas veces desapareció.

Stiles, el chico de ojos color miel, de lunares que formaban un mapa de constelaciones sobre su rostro, el único corazón que podía llegar a entenderla, había entregado, irónicamente, su corazón a otra persona. Lo que Lydia había esperado que ocurriera, lo que ocurría con todos los chicos que no tenían ninguna oportunidad con ella, también había pasado con Stiles.

Malia era la nueva persona en su vida; Lydia había pasado a un segundo plano, y por mucho que se esforzara por ocultarlo, nada servía para hacer desaparecer lo que sentía. Como si la vida se estuviera riendo de ella, a cada día que pasaba, más segura estaba de que se estaba enamorando de él. Así que solo le quedaban la resignación y la esperanza de que, con el tiempo, pudiera olvidar a Stiles. Mientras tanto, los paseos cada tarde se habían convertido en sus mejores amigos.

Stydia Oneshots <3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora