Unos golpes en la puerta me despiertan. Me levanto exaltada y un tanto desorientada, apenas entra luz a la casa, es casi de noche. Cautelosamente voy hacia la puerta y la abro con desconfianza. Tras la puerta me encuentro a Peeta a punto de volver a golpear la puerta. Me sonríe apenado.
—Hola. —Veo como nerviosamente alza el brazo para rascarse el pelo de la nuca. Me hace gracia el gesto y a la vez me resulta adorable. —Lo siento si te he despertado.
—Oh, no te preocupes, no hay problema. —Le quito importancia. —¿Qué ocurre? ¿Quieres pasar?
—Oh, si, vale, si no es una molestia. —Le sonrío y me hago a un lado para que pase al interior. —Gracias. Venía para preguntarte si te apetece que vayamos juntos a la fiesta en la plaza.
—¡La fiesta! —Me alarmo al recordarla. —Se me había olvidado. Me parece bien que vayamos juntos, pero no me he arreglado, ¿Cuánto tiempo tenemos?
—Todavía quedan veinte minutos para la hora en la que debemos estar allí. Tienes tiempo de arreglarte tranquila. Ves, yo te espero. —Me anima.
—Gracias, no tardaré mucho. Si quieres puedes sentarte en el salón o si te apetece comer o beber sírvete tú mismo. La cocina está ahí. —Sigo señalando la puerta.
—De acuerdo, gracias. —Me sonríe con amabilidad. Ahora que lo recuerdo Haymitch me dijo que alguien pasaría a avisarme para ir, supongo que ese alguien es Peeta.
—Por cierto, ¿qué hay de Haymitch y Katniss? —Cuestiono. —¿No vendrán con nosotros?
—No, Haymitch ha tenido que ir antes y Katniss iba con su familia. —Me explica.
—Ah, de acuerdo. ¿Y tú no vas con tu familia? —Le pregunto extrañada, es de suponer que después de todo, querría estar en todo momento con ellos.
—Prefería ir contigo. —Me dice con una sincera y bonita sonrisa. Nos quedamos mirando hasta que decido romper el contacto visual. No le contesto nada y corro escaleras arriba avergonzada. Me adentro en mi nueva habitación. No tengo tiempo para pararme a analizar las palabras de Peeta si no quiero hacerle esperar mucho y tampoco quiero que lleguemos tarde por mi culpa. Me siento contenta por su invitación. En otra vida podría imaginar que Peeta me está invitando a salir a las fiestas del Distrito, que no existen juegos y que tenemos una vida normal donde dos jóvenes que se gustan salen juntos. La realidad es otra y ambos somos vencedores, los juegos existen, vamos a una fiesta dada en nuestro honor por sobrevivir y a mí me gusta Peeta, pero yo no le gusto a él.
Abro el armario y me vuelvo loca al ver tanta ropa dentro. Nunca en la vida he tenido tanta ropa, ni siquiera juntando la mía durante todas mis épocas de crecimiento y la de mi abuelo hubieran sumado la mitad de toda la ropa que hay en este armario. Rebusco un poco indecisa, recordando la sugerencia de Haymitch y al final me decido por un vestido muy sencillo pero bonito. Es un vestido corto y entallado, sin mangas y cuello halter, de color lila con reflejos dorados y de gasa. Elegante pero no en exceso. Me pongo unas sandalias plateadas con un poco de plataforma y me dejo el pelo tal como lo he llevado todo el día, únicamente lo peino un poco para que no se vea tan desordenado después de haber dormido. A mi criterio y decisión, no pienso ponerme nunca tacones, no me gustan, son incomodos y nada prácticos, es por ello que siempre que pueda elegiré sandalias con un poco o nada de plataforma y bailarinas, a parte de mis típicas botas militares, claro. Me pongo un poco de perfume que encuentro en el tocador y bajo apresuradamente las escaleras para encontrarme con Peeta.
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En llamas (Peeta Mellark y Tu )
Random(Segunda temporada de "Los juegos del hambre (Peeta y Tu )") (TN) Smith , Peeta Mellark y Katniss Everdeen han salido victoriosos de los septuagésimocuartos juegos del hambre. Todos piensan que una vez as ganado ya no te tienes que preocupar de nada...