— ¿Y qué hacías tú con Majara y Voltios? —Le pregunto sin olvidarme de las palabras que me ha gritado antes.
—Ya te lo he dicho, por ti. —Me contesta con poca paciencia. —Haymitch dijo que, si íbamos a ser aliadas, tenía que traértelos.
— Gracias, aprecio el gesto. —Le digo con sinceridad. Demasiadas cosas ha hecho Haymitch en secreto. ¿Qué más me habrá ocultado a parte del hecho de ser mi padre y de crear alianzas a mis espaldas?
—Eso espero. —Se limita a contestar.
El silencio vuelve a reinar hasta que, a nuestras espaldas, Wiress se despierta y vuelve con su canto. Se acerca hasta nosotras cantando y señalando el agua.
—Oh... Aquí vuelve... Es desesperante... Yo me largo a dormir, tú y Majara podéis hacer guardia juntas. — Se va y se acuesta al lado de Finnick.
—Tic, tac. — Le señalo el suelo para que se siente a mi lado y una vez sentada, le acaricio el brazo para tranquilizarla. Al poco rato se duerme y de vez en cuando murmura en sueños las dos palabras que tanto ha pronunciado en las últimas horas.
El sol se alza por el cielo y se sitúa sobre nosotros. Al otro lado de la playa, el inmenso rayo pega en el gran árbol y la tormenta eléctrica vuelve.
Wiress a mi lado continúa susurrando "Tic Tac".
Me pongo a reflexionar la estructura de la arena. Veamos, anoche sonaron doce campanadas como si anunciaran la media noche, más tarde ocurrieron los relámpagos. Ahora el sol esta arriba como si fuera mediodía y vuelve a caer el rayo y la tormenta eléctrica. Me levanto de un salto y escaneo toda la arena. El sentimiento en el pecho que precede a un importante descubrimiento se instala en mí.
En esa sección caen los relámpagos, en la siguiente es de donde vinieron Johanna, Wiress y Beetee por lo que ahí es la lluvia de sangre. En la siguiente, es la niebla y en la cuarta, por donde salimos anoche, son los monos. En la segunda sección, a la izquierda de donde cae la tormenta eléctrica, sale la ola gigante. Ahora todo cobra sentido en mi mente.
—Tic, Tac...—Susurro. —La arena es un reloj...
Por cada hora en una sección empieza un nuevo horror provocado por los Vigilantes y termina cuando empieza otro en la hora siguiente. La lluvia de sangre, la niebla, los monos, la tormenta de rayos deduzco que son las cuatro primeras horas del reloj. La ola gigante debe ser a las diez. Wiress tiene razón, la ha tenido todo este tiempo y la hemos tomado como loca.
—Levantaos. —Me acerco hacia el resto y les digo con voz tranquila para no alarmarlos mientras sacudo a Peeta. — Vamos, levantaos, rápido, tenemos que movernos.
Cuando ya todos están en pie, les explico mi teoría sobre que la arena es un reloj y mientras tanto, Peeta hace un dibujo de la arena representando las secciones.
Mientras recogen el campamento, yo me pongo a revisar mis armas. Beetee no deja que Peeta lo cargue cuando se ofrece, prefiere caminar por su cuenta. Coge su cable y se queda esperando.
—¿Para qué quieres ese estúpido cable? Es una carga más y yo no lo pienso llevar, suficiente que os he arrastrado hasta ellos. —Dice de mala gana Johanna hacia Beetee. Como siempre, poniendo pegas a todo.
—Ganó sus juegos con un cable colocando una trampa eléctrica, es la mejor arma que podría tener. —Defiende Peeta a Beetee.
—Daba la impresión de que ya lo sabias, como le apodaste Voltios y todo eso... —Me burlo. Me fulmina con una mirada peligrosa.
—Sí, eso fue muy estúpido de mi parte, ¿verdad? Supongo que debí de haberme distraído mientras mantenías a tus amiguitos con vida, mientras tú, ¿qué hacías? Oh si, ¿consiguiendo matar a Mags? —Me dice de forma hostil. Sus palabras me hacen enfurecer, mis dedos se van a mi cinturón y agarran un cuchillo. Ya tengo suficiente con el peso en mi conciencia sobre la muerte de Mags como para que ella venga a restregármelo en la cara con esos aires de superioridad. —Adelante, inténtalo. No me importa que estés preñada, te rebanaré la garganta igual. —Finnick se pone a nuestro lado e interrumpe nuestra disputa.
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En llamas (Peeta Mellark y Tu )
Random(Segunda temporada de "Los juegos del hambre (Peeta y Tu )") (TN) Smith , Peeta Mellark y Katniss Everdeen han salido victoriosos de los septuagésimocuartos juegos del hambre. Todos piensan que una vez as ganado ya no te tienes que preocupar de nada...