Capítulo 7: Entrevista y gira de la victoria

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—Buenas noches Peeta. —Por un momento pienso en si hacerlo o no, pero decidida me inclino y le doy un beso en la mejilla. Antes de que me arrepienta o él diga algo me adentro en casa.

Minutos después, cuando se me ha pasado le euforia de todo el día, en especial mi envalentonada acción de besarle la mejilla, una tontería para muchos, pero un verdadero paso para mí al ser alguien que nunca ha tenido ni se ha permitido el contacto estrecho con nadie en los últimos años de mi vida, es que me entra el temor y la ansiedad por las pesadillas. Me encantaría poder ir a su casa y pedirle que duerma conmigo, pero sería demasiado vergonzoso, atrevido y sacado de contexto. Por esta noche me toca hacerme la valiente y tratar de superarla lo mejor posible.

Pese a las pesadillas y todo lo que ellas me hacenrecordar, todo lo demás, lo considero bueno y un gran avance para mí. Me hacensentirme bien todos estos sentimientos, viva, joven, una adolescente, lo quesoy y como debería haber sido siempre. Ahora he podido relajarme y vivir cosasque debería haber vivido y que por la obligación de madurar muy pronto no hepodido permitirme pararme a sentir y experimentar.



Los días, las semanas y los mese pasan tan rápido que apenas da tiempo a asimilarlo. El hecho de estar acompañada, de no estar sola, ha ayudado mucho. Peeta y yo nos hemos vuelto muy cercanos, igual ocurre con Katniss y Gale, los tres salimos a cazar juntos ahora. Casi una semanas después de nuestro regreso, salí por primera vez a cazar, tenía la necesidad. Me los encontré a ambos en el bosque y me sugirieron que me uniese a ellos, desde ese día casi siempre vamos juntos.

Cada semana voy a la tumba de mi abuelo a llevarle flores y hablarle, o simplemente me quedo a escribir en un diario que he decidido empezar, algo que me ayuda un poco a asimilarlo todo. No soy tonta y sé que tengo que tener precaución con los diarios, ya que, si cae en malas manos, sobre todo en las del Capitolio, podría traerme muchos problemas, así que he encontrado un escondite en mi casa que estoy segura nadie nunca va a encontrar más que yo.

También he establecido una fuerte amistad con Madge y me alegro, había olvidado lo divertida y espontánea que es. He ido algún día a comer o cenar con ella y su familia, y yo la he invitado a mi casa algunas veces para merendar o desayunar juntas.

Sigo teniendo pesadillas, éstas no se van, voy a épocas, hay veces que paso algunas noches sin ellas y otras en las que son una tras otra cada vez que cierro los ojos. Esos son los peores días, los que me agotan tanto que apenas tengo energía para salir de la cama. Peeta lo sabe, lo descubrió el primer día que estuve casi día y medio sin dar señales de vida cuando casi cada día pasábamos un rato juntos. Desde entonces, cada vez que estoy en estas épocas él viene a casa a cuidarme e incluso dormir conmigo. También he tenido ataques de pánico y normalmente son más fuertes en la época en la que las pesadillas no me dejan dormir. Tuve un ataque de pánico un día en el bosque que salí a cazar sola, vi un perro salvaje y eso hizo que inmediatamente me transportara a la arena con los lobos muto, lo que desencadenó en un fuerte ataque. El más fuerte que he sufrido hasta ahora fue justo después de una pesadilla en la cuarta noche consecutiva que las sufría. He de agradecer que ese día Peeta estaba durmiendo conmigo porque llevaba desde la segunda noche de pesadillas cuidando de mí. Él me ayudó a calmarme y sobrellevarlo, aun y así, estuvimos casi dos horas para lograrlo.

He intentado, con mis medios y siempre con toda la precaución que puedo, intentar averiguar algo de mi padre, pero no he sido capaz de encontrar nada y él tampoco ha dado más señales de vida. Me temo que hasta que no sea él el que me busque no volveré a saber nada más de él. Me da miedo que el Capitolio tenga que ver con el hecho de no saber nada de él en todo este tiempo, ya que si lo que dice en la carta es verdad y se separó de mi por culpa de ellos y se ha mantenido escondido todo este tiempo por la misma razón, puede estar en peligro.

En llamas (Peeta Mellark y Tu )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora