Capítulo 18: Nuevamente en la cosecha

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El tiempo pasa muy rápido y el día de la cosecha llega. Hemos seguido y cumplido todo lo que Peeta nos ha propuesto a rajatabla, nada de alcohol, nada de autocompasión ni de depresión. Todos hemos seguido muy bien lo establecido, y agradezco que fuese él el fuerte que nos obligara a ello, porque sé que sin él me hubiera quedado sumida en la miseria de la situación.

Peeta y yo nos levantamos tempranos y nos arreglamos. Desayunamos todo lo que nuestros estómagos nos permiten y cuando los agentes de la paz vienen a buscarnos a la Villa de los vencedores, ya estamos listos para marchar hacia el edificio de justicia. Jugando con la alianza de mi mano izquierda y cogida de la mano de Peeta, recorremos junto a Katniss y Haymitch escoltados por los agentes de la paz el recorrido hasta nuestro nuevo destino.

Vamos en silencio, totalmente serios y sin mostrar ninguna emoción que delate el hervidero de rabia, dolor, frustración y miedo que nos recorre. Únicamente dejamos entrever nuestro descontento con todo esto.

Al llegar a la plaza, hay un silencio sepulcral instalado. Todos los habitantes, desde los más pequeños a los más grandes se encuentran reunidos y en completo silencio. Serios, dolidos y expectantes a lo que ocurrirá a continuación.

Como es de esperar, ponen el típico video sobre los días oscuros y el papel de los juegos, después el alcalde recita unas escasas palabras.

Katniss y yo estamos situadas a la izquierda de Effie mientras que a su derecha se encuentran Peeta y Haymitch. Effie nos mira con tristeza a todos.

—Empecemos con la cosecha. Como siempre... las damas primero. —Dice con la voz temblorosa y apagada, sin su habitual tono cantarín. Avanza hacia delante dirigiéndose a la urna que recoge los nombres de las mujeres. Esas urnas que normalmente están repletas de papeles con los nombres de todos los niños de entre doce y dieciocho años de nuestro Distrito, pero que hoy solo contiene dos nombres cada una. Ha habido vacilación al agarrar uno de ellos, pero tras decantarse por uno, se acerca al micrófono para leer el nombre que hay escrito en el. Un flashback del año pasado viene a mi mente, y en esos escasos segundos entre los que veo a Effie agarrar el papel y desdoblarlo, repaso todo lo que ha cambiado mi vida desde ese día a este. Effie coge aire y habla. —Katniss Everdeen.

—Me presento voluntaria. —Inmediatamente reacciono. Miro a Peeta pidiéndole disculpas mientras que Katniss y él niegan con expresiones dolidas.

—No, no puedes hacer eso. —Me dice con rabia Katniss.

—Si puedo, y lo he hecho. No puedes evitarlo. —Le digo con voz tranquila y mostrando seguridad obviando su tono furioso conmigo. Me posiciono al lado de Effie quien me mira con mucha tristeza e intenta guardar la compostura y regresar a su papel.

—Bien... ahora siguen los chicos. —Se acerca a la urna y saca un papel. Internamente estoy rogando para que sea Peeta quien salga y así Haymitch se presente voluntario tal y como me prometió que haría si ocurría, porque si el nombre que sale es el de Haymitch, sé que Peeta no va dudar en presentarse voluntario para estar a mi lado, y no puedo soportar tenerlo a él en la arena. Effie se acerca al micrófono y desdobla el papel. Con lágrimas en los ojos nombra al siguiente tributo. —Haymitch Albernathy.

En cuanto escucho el nombre cierro los ojos dolida, porque sé lo que vendrá ahora.

—Me presento voluntario como tributo. —Grita Peeta antes de que nadie pueda decir nada.

—No, Peeta. —Intenta detenerle Haymitch, pero todos sabemos que ya no hay vuelta atrás.

—Suéltame Haymitch. —Le dice con decisión. Se sitúa al otro lado de Effie. Quedando así, los dos tributos de los septuagésimo quintos juegos del hambre.

—Y los tributos del Distrito 12 son Peeta Mellark y (TN) Smith. —Anuncia Effie rompiéndose al final.

Miro con seriedad hacia el público mientras noto una lágrima descender por mi mejilla, no por mí, sino por Peeta.

Son Prim, Gale y la madre de Katniss los primeros en realizar la señal de los tres dedos de nuestro Distrito, a ellos, poco a poco se suman el resto de la multitud. Agradecida, llevo mi mano al aire imitándolos, seguidamente Peeta, Katniss y Haymitch también lo hacen. Con este gesto mostramos unidad, pero también descontento. Ahora ya qué más da las consecuencias que puedan recaernos a nosotros, ya vamos directos a enfrentarnos de nuevo a la muerte.

Los agentes de la paz reaccionan deprisa obligándonos a meternos en el edificio de justicia y minutos después nos fuerzan a subirnos al coche que nos llevará a la estación. No nos permiten despedirnos de nadie, ni siquiera de Katniss, quien se quedará en el Distrito ya que solo permiten ir a un mentor.

Nada más llegar a la estación nos apresuran a subirnos al tren sin siquiera dar tiempo a que nos hagan fotos.

A Peeta y a mi nos asignan el mismo compartimento que nos asignaron tras comprometernos, así que nos encerramos en ella y nos acostamos en la cama sin comentar nada. No puedo reprocharle por haberse presentado voluntario porque yo también lo he hecho, y si hubiera sido al revés yo hubiera actuado igual que él. Supongo que él piensa igual porque tampoco dice nada al respecto.

Me abraza fuerte a él y yo le abrazo también. Con las caricias que me proporciona, voy quedándome dormida poco a poco ya que hoy me siento agotada, tanto por las emociones como por el no haber podido descansar correctamente.

Una cosa está clara, vamos de nuevo camino a losjuegos y es algo que me aterra.

Una cosa está clara, vamos de nuevo camino a losjuegos y es algo que me aterra

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En llamas (Peeta Mellark y Tu )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora