No me doy cuenta de que la tortura ha terminado hasta que siento como los fuertes brazos de Peeta me rodean y me suben sobre su regazo para acunarme. Tengo los ojos fuertemente cerrados, no me atrevo a abrirlos aún, y las manos todavía las tengo tapando mis orejas.
No sé cómo lo hace, pero se levanta conmigo en brazos y noto el movimiento de caminar para alejarse de la selva. Se sienta en la arena, me vuelve a posicionar en su regazo y me vuelve a abrazar fuerte contra su cuerpo. Me susurra palabras tranquilizadoras mientras yo tiemblo y lloro.
—Tranquila... Ya está, ya ha acabado... Shh... Cariño ya estoy aquí... —Me susurra mientras me besa en la frente.
—Tú no lo has oído... —Le digo como puedo entre sollozos.
—He escuchado a Haymitch, pero no era él, era un charlajo. — Me aclara.
—Si... sí que era él, en algún sitio de aquí. —Le digo aún presa del llanto. —El charlajo lo único que hacía era repetir el sonido.
—No cielo, eso es lo que ellos quieren que pienses, esa no era su voz y si lo era, la han sacado de alguna entrevista o algo y la han distorsionado haciéndole decir lo que fuera que dijera. Con el resto ha ocurrido igual. —Me explica intentando que entre en razón.
—No, estaban torturándolo Peeta. Probablemente este muerto ahora. —Un sollozo fuerte se me escapa entre los labios de solo imaginármelo.
—Cariño, no pueden matarlo, es nuestro mentor y tiene que estar presente. A demás, ¿qué es lo que pasa cuando llegas a los ocho tributos finales? –Me dice con voz tierna y comprensiva, como si estuviera explicándole a un niño de 4 años porque no puede comer tantos dulces.
—Que entrevistan a tu familia y amigos en casa. Pero yo no tengo familia...—Le contesto sin saber a dónde quiere llegar.
—Exacto, y como no tienes familia que puedan entrevistar, entrevistarán a tus amigos y a Haymitch. Y, ¿todo eso pueden hacerlo si ellos están muertos? —Yo niego con la cabeza. —Bien, pues eso nos indica que están vivos. Todo era un truco cariño, un truco horrible, pero piensa que nosotros somos los únicos a los que les pueden hacer daño.
— ¿Estás seguro de eso? —Le miro a los ojos rogando porque sea cierto lo que dice.
—Absolutamente. —Me da una muy tierna sonrisa que consigue recomponerme un poco.
—No pueden matar ni a Haymitch ni a los demás, todo Panem con el Capitolio incluido les ha cogido cariño. A menos que quieran que todos alcen sus manos y hagan una rebelión, deberán aguantarse. —Comenta Johanna tras la espalda de Peeta interrumpiéndonos. —Voy a por agua.
Veo que se dirige hacia el bosque de los charlajos por lo que me altero y le grito.
—¡No! No vayas allí. Los charlajos...
—No pueden hacerme daño, a comparación de vosotros, yo no tengo a nadie con quien puedan herirme. —Me interrumpe. Siento pena por ella ante su comentario. Yo no tengo familia, pero si tengo amigos a los que he aprendido a querer de forma inevitable en este último año. Esos amigos que considero como mi pequeña familia.
Se va y al rato vuelve con conchas llenas de agua. Se acerca a nosotros que aún estamos en la misma posición y me da una. Finnick se ha ido al agua y Beetee sigue concentrado mirando su cable.
Tomo el agua, que agradezco bastante, no había notado que por mis gritos tengo las cuerdas resentidas. Dejo un poco y se la paso a Peeta, él me besa en el pelo a modo de agradecimiento y bebe.
—¿A quién utilizaron para torturar a Finnick? —Pregunta Peeta un rato después.
—A una chica llamada Annie. —Le contesto. No puedo evitar recordar la cara pálida y asustada de Finnick en cuanto la escuchó y me estremezco.
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En llamas (Peeta Mellark y Tu )
Random(Segunda temporada de "Los juegos del hambre (Peeta y Tu )") (TN) Smith , Peeta Mellark y Katniss Everdeen han salido victoriosos de los septuagésimocuartos juegos del hambre. Todos piensan que una vez as ganado ya no te tienes que preocupar de nada...