Hoy hace un mes que apareció en mi vida. Ha sido un mes muy largo, confuso, complicado, emotivo, y difícil.
Once.
Las cosas están raras entre nosotros. Es evidente que lo están.
Duele, pero tenerlo me consuela.
Definitivamente odio los domingos, y más así... está muy ausente.
La oscuridad vuelve a hacerse hueco en mi interior. Esos ojos oscuros se clavan en mi cerebro, haciendo que deje de contemplar y abrazar la luz de aquéllos ojos claros y desconcertantes que cambiaron mi mundo.
La oscuridad va de la mano de la locura, del descontrol. No es más que deseo. La oscuridad son esos ojos oscuros y penetrantes.
La luz es pureza. La luz es amor. La luz son sus ojos enormes y desconcertantes.
"Estoy solo en casa. Ven." Leo su mensaje. Imagino esos ojos oscuros y ese estilo impecable. Soy débil. La luz se debilita y yo soy incapaz de luchar contra la oscuridad.
No. Me niego. No voy a renunciar a la luz. Aún no.
Rechazo a mi caballero oscuro.
Tras un día complicado y un insomnio que me atormenta me enfrento a un nuevo día.
Debería haber clase, pero no es así. Bendito puente. Y maldito. Me gustaría ver sus ojos esos cinco segundos al día.
Se pasa el día picándome. Me encanta que lo haga.
