Definitivamente adoro no tener que madrugar. Bendito puente.
Vuelve a ser un día junto al teléfono móvil. Espero alguna señal del chico de ojos oscuros y, llevo todo el día hablando con el chico de ojos claros.
¿Por qué no me habla? Lo conozco, sé que habla con muchas chicas, que mantener una conversación más no significaría absolutamente nada para él. Entonces, ¿Por qué no? Echo de menos sus ojos oscuros demandando mis labios y mis caricias.El día se hace largo, pero al menos lo tengo a él.
Sus ojos claros hacen mis días amenos y felices. Y nuestras conversaciones suelen ser bastante curiosas e interesantes.-Cuando hablábamos escribías sobre mí.
Sonrío. Es cierto, escribía.
Había miles de sensaciones y sentimientos plasmados, todos con su nombre implícito.
Él y sus ojos claros eran los protagonistas de mis relatos.-Es cierto, antes lo hacía. Te mencionaba en mi diario y a veces escribía cosas sueltas porque bueno, tu forma de pensar siempre me pareció muy interesante y me inspiraba.
Es exactamente eso, me inspiraba.
Despertaba sentimientos y sensaciones totalmente desconocidas en mi interior.
Era algo especial, único.-¿Ya no?
Se me parte el alma. No quería decir eso.
-¿Que si no me inspiras? Llegaste a mi vida cuando todo era oscuridad. No estaba bien. Apareciste y eso cambió, volví a ser yo...
Me alejé de ti porque tú no me necesitabas de esa forma, y yo necesitaba dejar de tenerte idealizado.
Me inspiras, claro que si... solo he vuelto porque ahora me siento bien, conmigo, y se que no voy a crear ningún tipo de dependencia extraña.
Me inspiras, pero me asusta escribir sobre ti como lo hacía antes... casi todo lo que había lo eliminé.Él tiene este efecto sobre mí. Hace que simplemente las palabras fluyan.
-¿Qué quieres decir con idealizado?
¿Cómo explicar algo así? Era... perfecto.
Único, misterioso, complicado, dulce, amable, original. Era impresionante.
Y tenía esa mirada... esa mirada especial que dejaba sin respiración.