Desde que comenzó la semana no logro conciliar el sueño.
Es miércoles. Y no consigo verlo durante cinco segundos. He notado su ausencia.
Y por nuestra conversación, él también ha notado la mía.
Es tan guapo...
Es cierto, lo es.
A veces me pide consejo sobre qué frase puede utilizar en la descripción de una foto. Otras me pide ayuda con las propias fotos.
Adoro este último trabajo.
Hoy es uno de esos días. Tengo imágenes suyas danzando ante mis ojos que las observan golosos.
Para no variar, mi favorita no coincide con su favorita. Pero es una foto increíble.
En la foto se aprecia sólo la mitad de su rostro.
Es algo bastante típico en él, siempre corta su cara en dos. ¿Por qué?
Es una imagen con mucha luz natural. Sus ojos... el ojo derecho, el único que aparece en la fotografía, es impresionante. Ese destello especial, esa magia...
Como de costumbre, todo gira. Y terminamos hablando de mí. Y de mis fotos.
Hace su aparición en nuestra conversación mi vestido gris.
Es simplemente maravilloso. Es un vestido corto, muy ajustado. Realza mis enormes curvas.
Hace un comentario que hace que me estremezca por dentro:
"Esos vestidos quedan mejor quitados."
No puedo creer que haya dicho algo así. ¿Tengo razón con respecto al flirteo?
Un torrente de emociones complicadas me envuelve.
Es evidente que él me gusta, mucho. ¿Es mutuo? Comienzo a pensar que podría serlo.
Quiero que coloque sus manos sobre mi cuerpo.
Quiero que me arrebate mi vestido gris.
Quiero sentir su mirada, sus caricias, su respiración.
Mis pensamientos están tomando una dirección peligrosa.
Antes deseaba explorar cada rincón de su mente. Ahora también lo deseo a él.
Siempre fue guapo. Siempre me lo pareció. Pero por una vez, una única vez, no he sido una persona superficial.
Me enamoré de su mente antes que de su cuerpo.
Me enamoré de sus ojos antes que de su mente.
Me enamoré de la energía que transmitía.
