Amanezco con un precioso mal estar que atenta contra mi.
Estoy casi convencida de que no me corresponde, de que no quiere volver a hablar, de que probablemente me odia.
No lo veo en ningún momento del día. Lo he estado evitando inconscientemente.
Antes era incapaz de mantenerle la mirada... ahora simplemente seré incapaz de mirar esos ojos inquietantes que conocen perfectamente mis sentimientos.
Sufro un desvanecimiento durante las clases.
Definitivamente no me encuentro bien. Nada bien. Ni física ni psicológicamente.
¿Y nuestra "promesa"?
Le tocaba hablarme... y no lo hace. Es la primera vez que falla.
Finalmente pierdo la paciencia e inicio la conversación. Me niego a resignarme.
"Lo he arruinado todo... teníamos algo, una conexión especial. Y lo he estropeado todo."
No lo sabe, pero estoy llorando. Soy un manojo de inseguridades y sentimientos.
Si se va, se va la luz. Y volveré a caer en picado. Volverá la oscuridad.
Me habla de la gente, de que todos hablan, de que todos inventan cosas que no sucedieron aquella noche.
Puedo sentir su frustración, su estrés.
Lo estoy perdiendo. No sólo por lo imprudente que fui al besarlo, ni por enamorarme tan rápido.
Lo estoy perdiendo por las habladurías.
Sus ojos... sus ojos esa noche eran preciosos. Lo que mejor recuerdo era su color, tan claro y cristalino. Y sus pupilas, dilatadas como un felino en una noche de cacería.
Recuerdo lo que me transmitía... felicidad, y tranquilidad.
Nunca había sentido tranquilidad y comodidad al contemplar unos ojos claros.
Con él todo es diferente. Siempre.
Pero sus ojos no siempre tienen un color tan cristalino, cambian.
Se tornan de un color gris cuando pierde totalmente el control, sacando a la luz lo que el denomina como su "Tercera cara", donde se encuentra la ira, la rabia.
"No ibas a hablarme, ¿verdad?" Pregunto sollozando.
"No lo sé, la verdad." Dice al otro lado de la pantalla.
Soy una estúpida. No debí sentir. Me dejé llevar. Me enamoré.
"Soy ruina. Cuando estoy, destruyo cosas. No me gusta la soledad, pero finalmente siempre tengo que aislarme." Sus palabras me hacen daño.
No es ruina. No destruye.
