21. Adiós.

144 12 0
                                    

Los días son largos y pesados al principio, pero poco a poco, con la llegada, o mejor dicho con el regreso, de sus ojos oscuros y excitantes se hacen mucho más llevaderos.

¿Los ojos claros que me enamoraron? Intento no pensar en ellos. Nunca.
Me destruye no tenerlo junto a mí. Lo destruiría tenerme junto a él.
Tengo que anular mis sentimientos por él y recuperar nuestra amistad.
Lo necesito.

Mi caballero de oscura armadura pone mi mundo patas arriba.
Es lo que hace, aparece de repente y me vuelve loca.

No desear su boca perfecta sobre cada rincón de tu cuerpo es casi imposible.
Sus mensajes ocultos llenos de erotismo hacen que me estremezca por dentro y que mi pulso se acelere.

Lleva la palabra perfección escrita en su mentón perfectamente cuadriculado.
Huí de una relación disfuncional en vano, porque desde que los ojos más desconcertantes que he visto en mi vida desaparecieron de mi mundo, mi chico oscuro ha vuelto con mucha más fuerza.

Supongo que el destino no es más que una sucesión de casualidades. Algunas buenas, otras terribles.
Definitivamente conocer al chico de ojos claros era algo que estaba predestinado.

Mi mirada y la suya habían coincidido en numerosas ocasiones, casi demasiadas. Había algo en la atmósfera que deseaba enlazar nuestras vidas.

A veces dos caminos se cruzan y sólo tienes dos opciones. Quedarte indefinidamente en el cruce disfrutando de la nueva compañía, o seguir adelante.
Pero hasta que no salgamos de ese cruce de caminos, jamás podremos avanzar, o conocer algo infinitamente mejor.

A veces descubrimos que lo que siempre hemos deseado no es realmente lo que necesitamos.
O al menos yo trato de creer esta teoría.
Porque si no lo hago, tendré que aceptar que he perdido lo único que amado en años.

No estoy dispuesta a creer que él era mi destino.
Él era mi cruce de caminos.
Uno breve y agridulce. Uno que ha cambiado mi vida.
Uno que no cambiaría por nada.

Eyes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora