45. Sábado.

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Me despierto animada.
Observo mi cuerpo desnudo frente al espejo justo antes de tomar un baño caliente.
Contemplo las marcas en mi cuello y sonrío.
El chico de ojos caramelo ha querido mantener vivo su recuerdo y marcar mi piel.

Abro mi armario y busco. Necesito estar perfecta.
En mi mente no dejan de aparecerse el espectro de esos ojos claros y desconcertantes. Y el de esos ojos oscuros y penetrantes.

Me decanto por un vestido negro ajustado que se adapta perfectamente a cada una de las curvas de mi pequeño y delicado cuerpo.
Tiene el escote pronunciado y un encaje precioso y sofisticado.
Me coloco mis tacones negros. Estoy lista.

Comienzo la noche en un pub junto a mis amigos.
Decidimos tomar chupitos. No es necesaria la ingesta de muchos de éstos pequeños vasos, no para mí. Suben rápidamente a mi cabeza.

Salimos algo afectados del pub.
La discoteca está totalmente abarrotada. Me veo envuelta entre caras conocidas.
Dejo mi abrigo, mostrando mi deslumbrante vestido negro, y pido una copa.

Los chupitos y la copa son demasiado para mi. Soy pura euforia.
En mitad de mi estado frenético, veo esos ojos claros. Contemplo esa mirada tierna y complicada desde la distancia.

Se encuentra junto a una chica morena, poco llamativa. Aquélla de la que me puse celosa, aquélla por la que me vi envuelta en los ojos pardos.
Me limito a contemplarlo. No deseo interrumpir.

No sólo me veo envuelta en la calidez de sus ojos claros. De repente, unos ojos oscuros aparecen ante mí.
Muerdo mi labio inferior mientras contemplo a mi caballero oscuro.

Me saluda y me embriaga con su perfume. Al sentir su aroma aparecen en mi mente esos ojos claros y desconcertantes.
Es su olor. Es el olor de ambos.

El chico de ojos oscuros juega con mi mente, como de costumbre.
Hace que me tiemblen las piernas solo con palabras y promesas implícitas.
Lo deseo.

Eyes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora