El día vuelve a ser gris, frío. Debe ser un día maravilloso para el chico de ojos claros.
Últimamente mis días giran en torno a esas pupilas gigantes y dilatadas.
¿Qué ha sido de mi caballero oscuro? Lo necesito. Necesito su oscuridad en mi vida.
Supongo que me precipité al deducir que sentía algo verdadero por mí.
Una parte de mí se siente vacía. Su ausencia me lastima de una forma indescriptible.
Lo detesto tanto como lo deseo, y es una combinación que terminará por volverme totalmente loca.
¿Qué sería de mí de carecer de la calidez de estos ojos claros y desconcertantes?
-Tengo mis teorías sobre la inteligencia que puede guardar una apariencia. He descubierto mucho y es impresionante lo que se puede ver mirando, lo que da tiempo a saber y a pensar en un segundo mirando ojos.
-Tú y los ojos.
-Desde pequeño he querido saber todo lo que se puede saber con solo mirar.
Es una noche diferente, terminamos hablando de su hermano. Nunca hablamos sobre él.
Es bastante curioso como dos personas prácticamente idénticas pueden transmitir sensaciones tan diferentes.
-Tú transmites tranquilidad, tu hermano me transmite otra cosa.
-Él es como yo, lo sabe todo a través de los ojos. Pero no analiza tanto, solo deja lo que le venga a la cabeza, no lo razona.
-No sé, me pongo rígida cuando lo veo.
-Intimida. Odia a la gente normal, aunque hable con todo el mundo.
-Entonces a tí debe adorarte.
-A mi me odia, pero no por ese motivo.
Me odia porque al mirarnos él ve como le 'veo', e interiormente no le conoce nadie. Menos yo.
No me cuenta nada, no hace falta. Es una persona increíble, debería haber más personas así.
Ten cuidado con la gente que parezca más inocente, no todas las personas lo son. Y eso lo sabes tu mejor que nadie.
Sonrío ante ese comentario. Me conoce bastante bien. Casi demasiado.
Me encantaría saberlo todo sobre él, comprenderlo a la perfección.
