43. Ojos caramelo.

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Nos separamos lentamente y volvemos a sonreír. Es una sonrisa tierna, y cálida.
No es la primera vez que nuestros labios se encuentran, y con él siempre es así, inesperado.
Definitivamente esto ahuyenta al chico que me perseguía hace sólo unos minutos atrás.

-Vámonos.

Dice señalando la salida y manteniendo esa sonrisa perfecta sobre su rostro.

-Un momento, necesito mi abrigo. No me gustaría morir de hipotermia.

Digo alzando una ceja y sonriendo, como él.

Me acompaña hasta el lugar donde se encuentra mi abrigo.
Me lo pongo rápidamente y salimos de ese salón abarrotado y caótico.
¿Nos habrá visto mi caballero oscuro? ¿Qué ha sido de él? Debería ser él, él debería ser mi acompañante esta noche.

El chico fuerte de ojos caramelo camina deprisa, demasiado deprisa.
Mis pies delicados y cansados intentan seguir sus pasos, aunque de forma torpe y dolorosa sobre mis tacones negros.

Caminamos durante un tiempo muy breve. En cuestión de segundos nos vemos rodeados de oscuridad y el suelo que se tiende bajo mis pies es de tierra.
De repente se para en seco y me coloca contra la pared de forma brusca, arrebatándome un suspiro.

Me besa de forma pasional, sujetando mi rostro entre sus manos enormes y hábiles.
Me apresa contra el muro frío y húmedo y, durante un momento, se lo agradezco.
Todo está demasiado borroso, hay demasiado alcohol dentro de mí. De no ser por su brusca sujeción, probablemente estaría en el suelo.

Dejo que sus manos reposen sobre mi cintura mientras sus labios exploran meticulosamente mi cuello.
Sus besos y caricias son tiernas, suaves, dulces. No necesito dulzura, necesito sentir algo más. Necesito sentirme deseada.

-Hazme daño.

Es una orden, y parece entenderla a la perfección. Coloca sus labios delicadamente sobre los míos para segundos después proporcionarme un mordisco brusco y tremendamente doloroso.
Me arrebata un gemido ahogado y una sonrisa maliciosa aparece sobre mis labios hinchados.

Eyes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora