Capítulo 31-.Una relación vacía...

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Capítulo 31-. Una relación vacía...

Hamburguesas. A Maxon se le había ocurrido traerme a comer hamburguesas, y yo no podía estar más agradecida con él por eso, porque el sentimiento de felicidad que me provocaba ingerir comida sólo podía ser superado por ingerir comida grasosa.

Al salir de clases, rápidamente Talia y Tracy se habían aparecido frente a mí, parecía que sí hablaban enserio con eso de no dejarme sola la mayor parte del tiempo, incluso Talia había decido no ir a trabajar exclusivamente para estar conmigo, y Tracy había cancelado una cita con Scott. Todo eso solamente afirmaba que era una verdadera y genuina patética con todas sus letras. Así que les rogué con mi vida que se largaran a hacer sus cosas, y gracias al cielo Maxon me había ayudado a convencerlas de ello, diciéndoles que me llevaría a comer y que estaría toda la tarde conmigo. Me sentí un poco mejor con la idea, Maxon era entretenido y amable; además, así no me sentía como una carga para mis hermanas, ellas también tenían una vida y actividades que realizar como para estar perdiendo su tiempo conmigo y mi absurda depresión.

Entramos al lugar, y Maxon me pidió que buscara una mesa en lo que él iba a pedir nuestras órdenes de comida, así que obedecí. Había una cola medianamente larga, y el establecimiento estaba casi lleno, pero logré encontrar una mesa al fondo, lo cual era perfecto porque no llamaba tanto la atención con este aspecto para nada grato. Él regresó al cabo de unos diez minutos con un par de barras de chocolate.

—Me las dieron en lo que esperamos nuestra comida, parece que hay muchos pedidos —se encogió en hombros a la vez que se sentaba frente a mí.

Le arrebaté el chocolate de las manos y comencé a devorarlo sin pensarlo. Él me quedó viendo divertido, y luego me imitó. Era tan adorable verlo de esa manera, ya que se batía alrededor de la boca cada vez que daba un mordisco.
Luego de unos minutos de charla trivial, llegaron nuestras hamburguesas. El mesero no había terminado de irse cuando yo ya estaba comenzando a destapar mi comida, le di un gran mordisco y sentí estar en la gloria al saborearla.

—Entonces, te gusta la comida —afirmó y preguntó a la vez. Entrecerré los ojos a modo de mal gesto, él parecía muy divertido viéndome comer como si no hubiera mañana.

—Eso es más que evidente, ¿no? —mastiqué lentamente. —No creo que haya algún ser humano que desprecie el alimento, ¿cierto? Porque bueno, dicen que el dinero no lo es todo, pero no podemos sólo vivir de amor —sonreí con suficiencia, a veces amaba mi forma tan cáustica de contestar. Era una diosa en el arte de voltear las cosas a mi favor.

—Buen punto...

Jaque mate, Maxon. No podía evitarlo, casi siempre lograba hacerlo sentir tonto cuando estábamos juntos, él me lo había dicho en una ocasión, y aunque yo quisiera no ser tan sarcástica o irónica, simplemente no podía. Así era yo, mordaz, directa, sincera, y algunas veces fría, pero nunca lo hacía con algún propósito más que el de divertirme.

Luego continuamos con algún otro tema, donde yo luché por ser una 'buena amiga'. No podía creer que me sintiera tan bien ahora, después de que apenas ayer sentía que mi alma estaba hecha polvo. Me dolía un poco admitirlo, no lograba hacer reír a Maxon tanto como lo hacía con Jaden, no entendía mis chistes tan rápido y de la misma manera en la que lo hacía Jaden, pero de todos modos era una buena persona, educada y agradable. Y yo le debía tanto por estar conmigo en un momento tan difícil con el que estaba viviendo.

Tenía que recordar también que él era la primera persona que me había hablado al llegar a RoastHills, él también había sido el que me había ayudado a conseguir el empleo en el bar de Ben, y, además, aunque de manera involuntaria, por él es que yo había conocido a Jaden. No pude evitar ponerme triste por aquello, recordar la manera en la que yo les llamaba la atención a ambos para que dejasen de lanzarse insultos el uno al otro, o la vez en la que fuimos a la pista de hielo, donde casualmente había encontrado en una escena bastante comprometedora a mi hermana mayor, la cual había sido el detonante que haría que Talia no volviera a prohibirme salir con alguno de los chicos. Aunque ahora que lo pensaba, tal vez, muy en el fondo y a pesar de que me costara aceptarlo, ella había tenido razón en negarse a mi amistad con Maxon y Jaden. Pero sé también que si me hubiese restringido aún más yo habría hecho lo imposible por llevarle la contaría, porque así era yo, nunca me había gustado seguir reglas ni respetar esquemas, parecía que tal y como Melani me había dicho ayer en la conversación que habíamos tenido en aquella sección del bosque, mi nombre era sinónimo de problemas y embrollos. Así que suponía que todo esto no hubiera podido evitarse por más que el mundo entero se opusiera. Si tan solo no me hubiere empecinado de aquella manera...

Extrañas©✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora