Capítulo 35-.Tienes un bonito trasero...

388 61 16
                                    

Dedicado a laurasb2016

Capítulo 35-.Tienes un bonito trasero...

—De queso y zarzamora, ¿no? —preguntó, Jaden, con autosuficiencia. Aún después de estos meses él era el mismo chico engreído y egocéntrico que recordaba, y después de tanto tiempo aún mencionaba el sabor del primer helado que comimos.

Nos encontrábamos en la cafetería de siempre, aquel sitio que en el que había pasado tantos buenos momentos y había formado preciados recuerdos. No existía la menor duda de lo que le había dicho a Jaden la primera vez: él siempre sabía lo que yo necesitaba. Y no pudimos haber venido a mejor lugar; eso sería imposible.

—Sí —confirmé en un hilo de voz. La camarera, que por suerte no era la de la última vez, se marchó, y me sentí de pronto sin protección. ¿Qué rayos pasaba conmigo? Se suponía que extrañaba a Jaden, y ahora que él está frente a mí simplemente me volví autista.

— ¿Sigues comiendo como si no hubiera un mañana? —sonrió, poniendo sus codos sobre la mesa y recargando su barbilla en las manos; parecía un gesto bastante habitual en él. —Porque te veo un poco delgada... —si seguía viéndome de esa manera, que indudablemente yo no tenía de frente porque tenía la vista puesta en mis palmas que estaban sobre mi regazo, iba a darme un tic nervioso.

—Supongo que he tenido muchos quehaceres... —mi voz seguía emitiéndose en murmullos.

—Vamos, los quehaceres no detienen a Lía James — pasé saliva, él no tenía noción de nada aún.

—Swartz.

— ¿Qué dijiste? —preguntó, ceñudo. Elevé mi vista, con desasosiego y decisión a la vez.

—Mi nombre es Lía Swartz —silbó, tendido, y asintió con lentitud, tratando de entender mis palabras.

—Parece que me he perdido de algo, ¿no es así?

La mesera llegó con nuestros postres, los puso sobre la mesa y se retiró diciendo un: "que lo disfruten".

—El día de "nuestra mudanza", realmente nos fuimos por otro asunto que ahora mismo me da dolor de cabeza explicarte, aunque lo haré muy pronto. Me gustaría ser breve —observé todo el tiempo su reacción y gestos, quería estar segura de que deseaba escucharme y no sólo se había acercado a mí para pagarme de la misma manera inicua con la que yo lo había tratado.

—Adelante, Lía. Si te he buscado es porque creo que tenemos derecho a darnos una explicación —al fin se había puesto serio, no enojado, sino acorde a la conversación que estábamos a punto de mantener.

—El punto de todo y la razón por la que dejé de hablarte y te dije todo aquello esa noche fue porque creí que estabas con las personas que nos mantuvieron cautivas a mi hermana y a mí durante ese tiempo. Yo sólo... —no supe en qué momento mi voz se había vuelto llorosa y me costaba respirar, hasta que sentí el gusto salado en mis labios.

—Y tú sólo sacaste conclusiones sin preguntarme absolutamente nada -elevó un poco la voz, injuriado, y yo solté aún más lágrimas. ¿No se suponía que ya no había sentimientos en mi interior ni más lágrimas en mi cuerpo?

Lo vi, me vio, y así estuvimos por lo que pareció una eternidad. Él lo hacía de manera injuriada y dolida, yo con pena y deprecación, hasta que no pude soportarlo más y bajé mi vista al juego que mis dedos realizaban sobre mis piernas. Me mordí el labio inferior para obligarme a que las lágrimas se frenaran.

Él tenía todo el derecho de estar ofendido, enojado y demás, sin embargo, aquí estaba, conmigo en esta cafetería tratando de solucionar cosas que yo debí solucionar, acercándose a mí cuando yo debí hacerlo. Así de impredecible era Jaden Gallagher.

Extrañas©✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora