Capítulo 37-. Creo que estamos a mano...
Bonito y bendito viernes, por fin estaba en el ansiado fin de semana. Sí, tenía que ir al trabajo, a la escuela también, pero hoy estaba de tan buen humor que me creía capaz de poner atención a los profesores, atender bien a los clientes en el bar y hasta hacer mi tarea... Bueno, tal vez no. Aunque sí que me sentía con una clase de energía nunca antes poseída, que me hacía querer brincar y cantar por todos lados. Mi humor hoy no podría echarse a perder, estaba completamente feliz.
Me levanté con suficiente tiempo para arreglarme, ni Talia ni Tracy parecían haber despertado aún, así que tomé una rápida ducha. Al salir me puse una playera de cuello redondo en color azul, un mallón rojo y los converse negros. Me puse en el cabello tanta crema y un producto aplacador de Tracy como me fue posible, para mantener mi castaña melena en su lugar el mayor tiempo que pudiese. Loción... Porque bueno, vería a Jaden y existía un alto porcentaje de probabilidades de que me abrazara, y como, aunque antes decía lo contrario, los abrazos me gustan y más si son de ese chico, tengo que oler bien.
Agarré un puñado de libros cualquiera y los metí dentro de la mochila, ¿creías que me aprendería el horario y que sería más cuidadosa con mis cosas? Sí, eso es imposible.
Bajé las escaleras con tanta energía que seguramente me veía más patética que una rubia; sin ofender a Tracy. Y busqué todo lo que fuera comestible en la alacena y el frigorífico. Me senté en un banco cualquiera y comencé a devorar sin pena alguna.
-Vaya, ese chico te hace mucho bien -habló Talia, recargándose contra el marco de la puerta, cruzada de brazos. Llevaba puesta una bata de dormir color lila y su cabello chocolate estaba ligeramente despeinado.
-Bueno, también ayuda que la comida la hayas hecho tú y no Tracy -me encogí de hombros.
-Ajá -me quedó viendo con recelo a la vez que se adentraba a la cocina y hacía su viaje hasta el refrigerador, sacando una jarra de agua helada y sirviendo un poco del líquido en un cristal color vino. -Ya te dije que tomes agua, enana -me alborotó el cabello luego de dejar el vaso y la jarra a lado de mis cuatro refractarios con comida.
-Sí, mamá... -bufé, y seguí comiendo sin tomar un solo trago.
Talia regresó a su recámara, o eso es lo creí hasta que de pronto, por primera vez en mis casi diecisiete años, me atraganté con un minúsculo grano de arroz. Mi hermana mayor asomó su cabeza por la puerta y sonrió con suficiencia.
-Te lo dije -se marchó mientras yo me reponía, y por qué no, le daba varios tragos al vaso que me dejó.
(...)
Ya en la escuela, en una clase de matemáticas con el profesor rechoncho al frente, que se había dejado crecer la barba y el bigote, Jaden y yo nos mandábamos papelitos estando sólo a un lado.
¿Entonces, quieres ir a conocer mi humilde casa? No es nada comparada con la de mis padres, pero es bonita.
Sí, está bien, vamos a tu choza de vagabundo :p
Sí... ¿Había dicho que pondría atención en clases? Me refería a que le pondría toda mi atención a Jaden durante las horas que estuviéramos cerca.
Él me hizo una mueca graciosa y no pude evitar reírme con gran escándalo y que el profesor abriera mucho los ojos, llamándome la atención sobre mi falta de respeto hacia él y mis compañeros y no sé qué tanto más. Yo simplemente me estaba enfocando en la graciosa forma de oveja que tenía su barba... Si supiera que no era la única que no le estaba prestando atención.
Cuando al fin terminó esa divertida asignatura, Jaden y yo nos dirigimos a la cafetería. No faltaron las miradas sobre nosotros en cuanto nos vieron entrar juntos, ya que nos habían visto distanciados mucho tiempo, sobre todo porque Jaden tenía un brazo por sobre mi hombro mientras me decía cosas graciosas y hasta pervertidas en el oído que me hacían reír como una foca epiléptica. Podía oír los típicos alaridos de asombro, y los de decepción por parte de las chicas que siempre habían querido tener algo que ver con él. Él siempre había sido mío. Resbalosas... De acuerdo, creo que estoy exagerando. Me refiero a que no tiene tiempo para salir más que con su amiga Lía, o sea yo.
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Extrañas©✓
Teen FictionLía James es una joven que ha pasado por infinidad de situaciones a su corta edad, unas más aberrantes que otras: la muerte misteriosa de sus padres y quedar a la tutela de su tío Reynold, quien busca retenerla a ella y a sus hermanas por un motivo...