Capítulo 27: Camino hacia la felicidad (Especial fin de año)

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Esa misma Navidad, por la mañana.

-E-esto... Voy a... Hacer el sofá.-dijo Marth, aún colorado.

-Je, je... -reí.

«Qué collar tan bonito en serio, me encantan las alas de ángel...»

*¡GLIIIN DON-DIN! ¡GLIIIN DON-DIN!*. Una llamada me sacó de mis pensamientos.

-¿Me llaman? P-pero si... -

«Tío Karl está aquí, él no puede ser...»

-... -cogí la llamada. -... ¿D-diga? -

-¡Zeaaa! -

-¡! -mis oídos explotaron.

«¡Coño!»

-¡Muchaaaaas graciaaaaas! -

-¿Q-quién es? -

-Oh, perdona, ja, ja... ¡Soy Celia! -

-¿C-celia? -me sorprendí. -¿Cómo has conseguido mi número? -

-Je, je, tengo mis contactos. ¡Ja, ja... ! -

-Okay... Eeh... -

-No te preocupes, lo vi en tu historial cuando te uniste al club y siempre apunto todos los números de teléfono por si acaso... -

-... -

-Je, je. ¡Bueno... ! -

-¿Por qué me dabas las gracias? -

-¡Mi madre... Me ha felicitado por lo de la función! ¡Me deja cantar! ¡Me deja cantaaar! -

-¡! Qué bien. Cuánto me alegro, te dije que tenías que dejar que te oyera.-

-¡Soy la persona más feliz del mundo! ¡Gracias! De no ser por ti, no me hubiera atrevido a cantar en su presencia. ¡Eres una buena amiga! -

-¡! -

«... ¿A-amiga... ?»

-Bueno, eso era. Me tengo que vestir ahora, a ver familia... ¡Feliz Navidad! -

-¡... ! ¡F... Feliz Navidad! -y colgó.

-¿? -Marth me miró con cara de "¿Quién era?".

-¡Era Celia! A su madre le parece bien que cante.-

-Vaya, ja, ja... Que lo considere un regalo de Navidad.-

-¡Zea, ven a la mesa, corre! -tío Karl me llamaba desde el comedor.

-Eeh... ¡Ya voy! -

Me levanté del suelo y me dirigí hacia la cocina. Cuanto más me acercaba, más olía a comida. El olor me resultaba muy familiar.

-¡Oooh! ¡Churritos! -chillé al ver el plato lleno de churritos con azúcar.

Solíamos tomar churritos cuando era pequeña en las mañanas de Navidad. Me encantaba esa costumbre que teníamos. Pero cuando la "magia" se perdió, dejamos de hacerlo.

-Pensé que te haría ilusión. Venga, a desayunar.-dijo tío Karl, sentándose.

***

Séis días después, en Nochevieja.

-¡Oaaah... ! -me estiré. -¡Qué mañana tan... Nevada! -

-Buenos días.-saludó Marth.

-Hey, Marth.-le di una palmadita en el ombro. -¿Qué te parece pasar el último día del año viendo vídeos? Ja, ja... -

Ángel de la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora