Capítulo 70: Familia

8 4 0
                                    

Habíamos averiguado dónde vivía tío Karl, varios días después de nuestra charla. Me sorprendí, pues nos dijo hasta su calle, algo que claramente nos facilitaría el trabajo. Ni siquiera preguntó por qué querríamos saberlo, aunque la respuesta que hubiese tenido preparada para ello sería un "simple curiosidad".

Marth y yo teníamos un día completo a nuestra disposición para encontrar a sus padres. La idea era salir muy temprano, para que, en el caso de que aceptaran visitarnos, tuviesen tiempo de venir y llegar a su casa antes de la noche.

-¿Es este el tren que deberíamos coger?-preguntó Marth mirando los horarios.

-Mm..., siempre me ha costado mucho orientarme con estos planos con letras muy pequeñas. A ver...

-El tren con destino a Civitas Delebitur está a punto de salir-anunciaron por megafonía.

-¡Es el nuestro!-exclamamos al unísono.

Subimos y como no había ningún asiento vacío, tuvimos que ir de pie, agarrados a las típicas barras de metal manoseadas que ahora en verano estaban húmedas por el sudor de otras personas recientemente sujetadas. Siempre me ha gustado viajar en tren, pero cuando el trayecto lo pasas sin poder contemplar el paisaje porque las personas te bloquear la visión, no resulta nada agradable.

-Tengo ganas de conocer... a mis abuelos-solté de pronto.

-Bueno, me parece completamente normal. ¿Has preparado ya lo que vas a decirles exactamente?

-Pff..., sí, claro...-dije sarcásticamente-. Ay..., algo como: "Hola, soy la hija ¿adoptiva?, de vuestro hijo, Karl, sí, ese que se fue de casa hace dieciocho años. ¿Cómo están? ¿No quieren ver a Karl?"

-...

-Y es cuando ellos dicen: "Oh vaya, qué casual, al vecino del hijo del primo del tío de mi madre le ha pasado lo mismo que a nosotros. Por supuesto que vamos a verle. ¿Llevamos gofres que tanto le gustan?"-reí con lo último que añadí.

-Ja, ja, ja..., sería buenísimo.

-Espera que lo mejor viene ahora: "Has dicho que te llamas Zea, ¿no? Pero, ¿quién es el chico que te acompaña?". A lo que yo respondo: "Pues es mi ángel de la guarda que se ha transformado en humano hace poco y somos grandes amigos. Vive con nosotros"-mientras hablaba, una chica encapuchada que daba algo se mal rollo, me miró por unos segundos.

-Ja, ja, ¿se te ocurriría decir eso?

-Pues..., si al final decidieran reagruparse por así decirse la familia completa, con el tiempo y con confianza podría contárselo..., pero esa no es la cosa. "Señora, ni siquiera sé su nombre. Venga a mi casa igualmente y confíe en mí"

-...

-Marth por favor, ayúdame-soné muy estúpida.

-Ja, ja, ja...

-Ya sí, mucha risa, pero cuando llegue el momento...

-No te preocupes. Calma. Piensa en las cosas que tenemos claras.

-Mm... ¿Como qué?

-Pues..., por ejemplo con lo que me acabas de decir. Para que sepan que pueden confiar, tenemos una foto tuya con tío Karl en la cartera.

-Sí, ¡es verdad! Menos mal que ayer me lo recordaste.

-¿Ves? No vamos tan mal.

-Ya pero, sé que por mucho que haya ensayado o preparado algo que decirles, me voy a bloquear. Son unos desconocidos para mí y tengo miedo de que se lleven una mala impresió de mí, de cómo me ha criado tío Karl.

Ángel de la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora