Talking To The Moon (Kellic)

Capítulo 23

— ¿Película animada, terror, ciencia ficción? Lo que se te antoje ver —hablo Vic, estando frente a la cartelera de películas que estaban de estreno.

—Decide tú, lo que quieras ver...

—Kells, yo te invite, lo justo es que ahora escojas la película, no es tan complicado.

—Déjame pensarlo un poco —dije y me debatía entre "Frankenweenie" película animada de Tim Burton o "El Hobbit" que era el estreno del año y parte de la trilogía de J.R.R. Tolkien, en su adaptación para el cine.

— ¿Puedo elegir una película animada? —pregunte, juntando mis manos, en señal de plegaria para que Vic me viera, acompañado de una sonrisa que decía "Por favor"

—Claro que puedes, lo que desees.

—Entonces será... "Frankenweenie"

—Buena elección, entonces vamos por las entradas —caminamos hacia la boletería, y había una fila interminable.

— ¿Y cómo estuvo tu día? —pregunte, al mismo tiempo que esperábamos a que la fila avance.

—Tengo exámenes finales la semana que viene, así que hoy estuve a base de bebidas energizantes y solo libros ¿Y el tuyo princesa?

—Ya te dije que odio que me llames princesa —me queje, desvié mi vista y me cruce de brazos.

—Es que no lo puedo evitar, pareces una... ¿Estás enojado? —cuestiono al darse cuenta que me mantenía serio.

— ¿Tu qué crees?

—Oh vamos... está bien no volveré a decirte "Princesa" —clave mi mirada en la de él.

— ¿En serio?

—Sí, princesa —me guiño el ojo.

— ¡Vic! —exclame y el solo se reía por eso, él tomo mi mano e hizo que me acercara más a él y yo solamente fingía algo de enfado aunque en realidad no lo estaba.

—Hasta cuando te enojas y haces berrinches eres perfecto —me susurro en el oído y me estremecí como de costumbre cada vez que estoy tan cerca de él.

—Aja... —me limite a responder.

—Aunque seas jodidamente hermoso y perfecto enfadado, no me gusta que te enojes conmigo ¿me disculpas?

—No estaba enfadado.

—Si lo estabas, vamos ¿me disculpas? —suplico con una mirada de cachorrito y haciendo una expresión muy tierna.

—Si me compras las palomitas, puede que te disculpe —respondí.

—Las palomitas y todo lo que quieras.

—En ese caso... no hay problema. Y ya sabes nada de "princesa" por que en verdad me enfadare y no habrá palomitas que haga que te disculpe —le advertí amenazándole con la mirada.

—Tendré en cuenta eso —hablo y rápidamente deposito un beso en mis labios, y se separo al instante, solo fue un beso simple, un simple roce, pero me quede sorprendido por eso y lo mire con extrañeza.

— ¿Qué fue eso? —pregunte enarcando las cejas.

—Un beso, quise dártelo —hablo como si no tuviera mucha importancia.

—Aja... ¿pero te das cuenta que estamos en público? Hay muchas personas aquí —observe a mi alrededor, pero todos estaban como si nada hubiera pasado, tampoco van a estar pendientes de lo que hacen dos chicos.

—Que se jodan... yo solo quise besar al chico que me gusta y no tengo que pedirles permiso a ellos para eso ¿o sí? —dijo con completa seguridad, lo que hizo que yo sonriera por eso.

—De acuerdo —me limite a decir y seguíamos ambos con unas sonrisas tímidas.

—Entonces... ¿me vas a decir como estuvo tu día? —pregunto cambiando de tema.

—Tenía tarea de composición que nos dejaron para la clase de música, así que estuve en la casa de Alex haciendo eso. Déjame decirte que escribí por primera vez la letra de una canción.

— ¿Casa de Alex? ¿Tú y él se llevan bien? Así que compusiste una canción ¿Me dejaras verlo?

—Sí, él es genial... me cae muy bien y algún día te mostrare lo que escribí. Alex dijo que tengo una voz femenina, o sea que canto como chica.

—Ahora tengo la gran necesidad de escucharte cantar ¿lo harás para mi verdad?

—Yo no dije que cantaría para ti.

—Kells, quiero escucharte cantar. Di que si...

—Tal vez...

—Eso es un: ¿sí o no?

—Es un gran tal vez y confórmate con eso... —respondí y me percate que la fila iba avanzando —muévete Vic que la fila se mueve —advertí y así lo hizo, compramos las entradas, posteriormente me compro las palomitas que me prometió y entramos a la sala de cine.

La película empezó e inconscientemente Vic y yo nos tomamos de las manos, mientras la veíamos, sentir su tacto era una sensación bastante agradable, una de la cual me estaba haciendo adicto. Podría quedarme las 24 horas del día hablando con él y apuesto a que no me aburriría, podría solo observarlo el tiempo que fuese necesario sin impórtame nada más que solo quedarme sumergido bajo el efecto embriagador de sus orbes castaños que denotan esa mirada tan hipnotizante, podría obligar a mi memoria recordar todos los momentos que paso junto a él y no me cansaría de ninguna de ellas, podríamos hablar de cualquier cosa o tema, por muy gracioso o tonto que resulte siempre disfrutare de su compañía.

Al finalizar la película, Vic me llevo a mi casa, en cuanto llegamos aun no quería entrar a mi casa, quería hablar con él, solo por unos minutos más.

— ¿Te gusto la película? —pregunte.

—Me encanto, pero lo que más me encanto fue la compañía de cierto chico de ojos hermosos —respondió, guiñándome un ojo.

—Estoy hablando de la película.

—Ah... si también.

—Aja... Me causo ternura Víctor y Sparky —hable refiriéndome a los personajes de dicha película —la parte donde muere Sparky fue demasiado triste, Víctor no se merecía perder de esa manera a su mascota que tanto amaba.

—Si fue muy triste, tú casi lloraste con Víctor en esa parte —molesto.

—Si casi llore, lo admito —reconocí —. Se parece tanto a ti con Dunka.

— ¿Ah sí? —pregunto en tono de voz seductor, acercándose a mí, no pude responder palabra alguna ya que presiono sus labios junto con los míos, sentí recorrer su lengua en toda mi cavidad bucal y posicione mis brazos alrededor de su cuello —.Tus besos son jodidamente deliciosos —hablo sin romper el beso.

—Y los tuyos adictivos —hable de la misma manera —rompí el beso segundos después y solo se separo un poco de mi, seguíamos en la misma posición y me atreví a decir —. Creo que me estoy enamorando —fijo sus ojos en los míos, la tenue luz de la luna que se colaba por las ventanas del auto hacía que los ojos de Vic brillen de una forma tan esplendida, tanto que hacía que su mirada fuera tan pura y perfecta como el mismo firmamento nocturno donde aparentemente se encuentran todos los astros, sentí sus manos recorrer por encima de mi ropa y suspiro de forma profunda.

—Yo ya estoy enamorado de ti —confeso y reí internamente frente a eso, esta vez fue yo, quien atrapo sus labios en un beso, a diferencia de los anteriores, este era mas apasionado e intenso, enrede mis dedos en sus hebras castañas. Entonces me di cuenta de algo, Jamas me cansaría de estos besos con él, nunca lo haría.