Talking To The Moon (Kellic)

Capítulo final

Silencio, silencio y más silencio, era lo único que estaba recibiendo por parte de Vic en este mismo instante y creo sentir como si los segundos resultan eternos. ¿Y si Vic ya no quería nada? ¿Si se hartó de esperarme? Oh por Dios voy a ser el mayor idiota de la historia, mandando mi dignidad al demonio por querer tenerlo de vuelta y ahora Vic mandándome al diablo.

—Necesitamos hablar —después de varios segundos, sumergidos en un silencio bastante sepulcral, Vic responde en esa forma, que se supone que significa eso de: "Tenemos que hablar", no es más simple decir: "Oh, eso es genial, volvamos a estar juntos"

Estoy empezando a hiperventilar y mi cerebro está empezando a maquinar de mil formas, ese "Tenemos que hablar" ¿Qué demonios significa? ¿Tenemos que hablar para bien o para mal? ¿Me mandara al demonio? ¿No querrá saber más de mí? ¿Qué soy un idiota? Oh vamos, esto no era lo que yo quería, no de esta forma y tengo que responder y no sé qué.

— ¿Hablar? Eh... claro, yo... — ¡Demonios Kellin cálmate! Me reproche a mí mismo, siento perder el control, mis dedos se mueven nerviosamente al presionar el teléfono y empiezo a sentirme en verdad enfermo.

—Bien, ¿estás en tú casa? —pregunto en un tono que no me hacía entender por lo menos una parte de lo que siente ahora, asentí con la cabeza y segundos después me di cuenta que él no podía verme, estar en esta situación me pone idiota en verdad.

—Sip... —dije simplemente.

— ¿Puedo ir, es decir, verte en un rato ahí? ¿O prefieres otro lugar?

—Te espero aquí —respondí y colgué. Me pasaban una y mil cosas por la cabeza, estaba algo enojado y no con él, sino conmigo mismo. No debí llamarlo, no debí decir nada, no debí querer arreglar toda esta mierda, y él simplemente está ahí con esa actitud seria que no me expresa nada y eso solo me hace pensar una cosa: Vic ya no quiere nada de mí.

Esa idea entra en mí como una pastilla amarga, difícil de digerir, vaya estupidez la mía... ya qué.

Deje el teléfono en su lugar, y subí a mi habitación, si esto resulta tal y como mi cabeza me hace pensar en este momento soy capaz de romperle a Vic la bonita sonrisa que tiene, diente por diente, uno a uno.

Busque en mi armario con una actitud molesta una sudadera, encontré una gris y rápidamente deje mi anterior camiseta negra para reemplazarla por ella.

Al verme frente al espejo, podía notar mi enfado en mi rostro, así que simplemente trate de relajar la expresión de mi rostro, tenía esta sudadera con mis brazos descubiertos, mis jeans casuales y mis vans. Arregle un poco de mi cabello desordenado y nada más, no tenía intenciones ni las putas ganas de arreglarme más.

Mamá no estaba en casa, ella estaba en su trabajo y hoy llegaría tarde, Lauren está en sus clases de guitarra y obviamente Edward aun no llega de su campamento de verano al cual acudió.

Abrí la puerta principal de casa y la deje entre abierta, era alrededor de las cuatro de la tarde y el ambiente estaba muy cálido, había una calor extraordinaria. Al bajar los escalones de mi casa decidí permanecer ahí, así que me dispuse a sentarme ahí mientras Vic llega.

Con la vista hacia el jardín central de casa, mi mente estaba divagando mucho en todo esto. En lo bien o en lo mal que podría resultar mi encuentro con Vic.

Presumo que pasaron cerca de diez minutos, y yo aún sigo esperando a Vic y él aún no ha llegado, empiezo a desbordar puro nerviosismo y pánico del puro.

En eso vi a Vic, entrando hacia el jardín central con dirección hacia mí, y mi estómago parecía revolverse verdaderamente en mí.

Levante mi mirada fija hacia él, mientras el caminaba hacia mí. Entonces le sonreí ampliamente como si nunca hubiera llorado por él. Como si segundos o minutos atrás no estuviera enfadado por lo confuso de esta situación.