Capítulo 15

17.4K 1.2K 166
                                    

Casey

Decidí ir a la escuela de Greg ya que Tori tuvo que atender asuntos en su universidad, aún no la veía salir e incluso Gregor se despidió de mi. A su amigo tampoco lo había visto así que me senté en la entrada.

- Que me dejes en paz. - Escuché la voz de Andrea y me voltee para verle, nunca la había visto así de molesta.

- Sólo te pido una cita, tú no eres una maldita lesbiana.

- ¡No me interesan los chicos! - Chilló y pasó por mi lado sin notarme. ¿Debería esperar o algo?

- Eres una puta.

- Esa es una mala palabra. - El chico me miró de arriba abajo, Andy se volteó rápidamente y yo bajé la mirada. - No porque una chica no le interese salir contigo es aquello que dijiste.

- ¿Quién eres tú?

- Soy Casey West.

- Casey no...

- Pero si tu eres la chica de la otra vez, ya te recuerdo. - Él empezó a acercarse a mi y me estaba poniendo nerviosa.

- Sean, aléjate de ella. - Andrea tomó su brazo y bajé mi mirada, era una inútil ni siquiera puedo defenderle.

- Tú alejate de ella.

- ¿Por qué crees tener un poder sobre mi?

- Porque lo tengo.

- No lo tienes, estas siendo un imbécil y estoy segura de que a Gregor West le agradará que molestes a su hermanita. - Tom apareció y se veía relajado, a diferencia de Sean que tomó una distancia.

- ¿Gregor West? - Él asintió. -Yo... lamento las molestias. - Se apresuró a irse y yo suspiré.

- Por nada.

- ¿Estas bien? - Andrea se acercó a mi y yo asentí.

- ¿Por qué reaccionó así? - Ambos se miraron y sabía que dudaban si contarme o no.

- Gregor es bastante popular. - Yo asentí ante las palabras de Tom. - Debo ir a la clase de mi hermana, cuidense y espero poder pasar tiempo contigo alguna vez Casey. - Él me guiñó un ojo antes de irse.

Nosotras caminamos a la parada del autobús en silencio y nos sentamos a esperar. Si fuera normal no le hubiese temido a ese chico, porque si que tuve miedo, en mi mente veía como su puño iba a impactar en mi cara.

- ¿Pasa algo?

- ¿Cómo es que te estás enamorando de mi si soy un desastre? - Ella me miró confundida. - No pude ni siquiera alejar a ese chico, tenía miedo y si no fuera por Tom creo que iba a empezar una pelea que ni siquiera quería. Muchas veces de la nada tengo que tomar distancia de tu contacto porque a pesar de que te he dejado avanzar aún no puedo sentirme completamente cómoda, yo no soy lo suficientemente... - No terminé de hablar cuando ella me calló de un beso.

- Eso que sientes es suficientemente normal para que lo deje pasar, no me importa nada más que tú. Me gusta como eres, y me gusta conocer más partes de ti.

- Yo también. - Ella me miró con una sonrisa. - Yo tambien me estoy enamorando de ti.

Yo besé la punta de su nariz como lo había visto en tumblr y ella sonrió.

- Tengamos otra cita. - Ella mantuvo su sonrisa.

- Esta bien, pero hagamos algo que a ti te guste.

- Me gusta verte sonreír.

- Sabes a lo que me refiero. - Bajé mi mirada sonriendo.

- Esta bien. - Ella murmuró antes de volver a darme castos besos en mis labios.

- ¿Casey? - Yo me separé rápidamente y mi mente quedó en blanco al ver a la chica que parecía impactada junto a una mujer algo mayor.

- Tori.

- ¿Andrea? - La mujer murmuró.

- ¿Mamá?

- ¿Eres su hija? - Tori pareció recomponerse pero ya no me miraba y yo me dediqué a observar el piso.

- Sólo de sangre, no es algo que deba importarte. - Quede algo sorprendida por su tono de voz, ella nunca era borde con alguien.

- Claro que debe importarme, ella es de mi familia.

- ¿Disculpa? - Andrea parecía sorprendida, bueno incluso yo lo estaba.

- Es la media hermana de mi padre.

- Le dijiste a papá que no tenías familia. - Ella gruño, definitivamente yo no sabía nada de Andrea.

- Es complicado.

- Ya no me interesa, sólo largate.

- No le hables así. - Tori parecía enojada.

- Creo que deberíamos irnos. - Murmuré cuando noté los ojos vidriosos de Andrea.

- Ya viene el autobús. - Ella asintió sentándose más cerca de mi como si buscará un refugio.

- Casey. - Miré a Tori. - Nada, luego hablaremos.

El autobús se detuvo y Andrea se apresuró a pasar, cuando me senté a su lado ella empezó a llorar y yo le abracé con algo de dificultad.

- Creo que hay algo que tienes que contarme.

- No hoy. - Yo asentí y ella limpió su cara.

- Esto es raro.

- Dímelo a mi.

Sólo túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora