Capítulo 9

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Casey

Iba entre Tori y Andrea en el asiento trasero del auto de mi hermano. La primera parada iba a ser la casa de Tori así que no era mucho el camino que ibamos a recorrer. Iba algo apretada entre ambas chicas y sentí un peso en mi hombro, Andrea se había quedado dormida sobre mi hombro.

- Oh, lo siento Casey. Andrea no tomó su siesta. - Dianne le excusó al notar a Andrea dormida sobre mi.

- No hay problema, de todas formas no me molesta. - Sonreí.

- ¿Se conocen hace mucho? - Miré a Tori antes de negar.

- Hace dos semanas.

- Oh.

- Ella es asombrosa, me ha invitado a un evento de videojuegos. - Ella me sonrió levemente.

- Ya veo. - Su vista se desvió a la ventana y la mía a la chica sobre mi hombro.

Los demás seguían una conversación mientras yo admiraba a Andrea, sus rasgos latinos le favorecían. Ella era verdaderamente hermosa, y se veía tan tranquila mientras dormía pero un pequeña cicatriz en su frente me llamó la atención, al igual que una en su mejilla, ¿Se habrá caído?

- Mamá... - Ella murmuró tan bajo que hasta a mí me costó escucharle.

- Casey. - Tori llamó mi atención y observé que habíamos llegado al edificio en el que vivía. - Ten una buena noche.

- Y tú. - Le sonreí. - Gracias por venir.

- Por nada. - Ella iba a besar mi mejilla pero me aleje como reflejo, no sólo por sentirme incomoda si no porque la chica a mi lado abrazó mi cintura y por primera vez no me sentía extraña. - Lo siento... - Ella bajó la mirada y observó los brazos de Andrea.

- No, no tienes culpa de nada. - Ella me sonrió antes de bajar. Mi hermano volvió a conducir y yo me dediqué a ver el camino.

- ¿Por qué no te acomodas?

- Aunque quisiera no puedo. - Bajé la mirada al suelo cubierto.

- ¡Un perro! - Dianne alzó su voz y no paso mucho antes de que Andrea se despertara completamente algo asustada.

- Dios, no vuelvas a hacer eso. - Ella tomó su pecho sin soltarse completamente.

- ¿Le temes al mejor amigo del hombre? - Ella me miró con el ceño fruncido.

- El mejor amigo del hombre me odia, algo tienen los perros contra mi, así que prefiero los gatos. - Limpió sus ojos pero volvió a acomodarse sobre mi.

- Andrea, nos quedaremos en mi casa. - La chica asintió.

- Casey, nos quedaremos en mi casa. - Mi hermano bromeó haciéndome reír.

- Me gusta tu risa, - Andrea murmuró. - es como la de un bebé.

El resto del camino sólo crucé algunas palabras hasta que llegamos a la casa de Dianne. Mi hermano detuvo el auto y bajó con su novia pero antes me sonrió de una manera extraña. Andrea se separó de mi y se arregló el cabello, yo miré la ventana algo nerviosa, había dejado que me tocara casi todo el viaje.

- Gracias por dejarme pasar el día contigo, por ser mi almohada y por el postre. - Ella rió al decir lo último y yo sonreí aún sin mirarle.

- Gracias por venir, eres una gran amiga. -Le miré y su sonrisa había desaparecido.

- Bien, te lo dejaré en claro ya que al parecer todas lo han hecho y no pienso quedar atrás en esto. No me interesa ser tu amiga, - Estaba verdaderamente confundida. - me gustas y no me quedaré de brazos cruzados, así que no me llames amiga. - Yo asentí.

- ¿Por qué te gusto?, me conoces desde hace dos semanas. - Murmuré.

Tori me había dicho que yo le gustaba hace un tiempo atrás, pero ella sólo dijo porque era linda y tierna con ella, que no buscaba ganar nada de las personas y era amable. Pero no me sentía cómoda con sus sentimientos hacia mi. Miré a Andrea y ella me observaba con una sonrisa.

- Porque me gustan tus ojos, me gusta tu amabilidad que nos consigue comida gratis, - Ella rió. - me gusta hacerte reír, me gusta tu pasión por los videojuegos, tienes un excelente cuerpo. - Ella se encogió de hombros. - Y me gusta tu maravillosa mente. - Ella toco mi frente con su dedo.

- Yo...

- No tienes que decir nada. -Sonrió quitándose el cinturón.

- Espera, tengo que decirte algo. - Ella me miró. - Tengo el síndrome de Asperger.

- Oh, bueno. - Ella sonrió.

- Yo no puedo ser normal, bueno si lo puedo ser pero me cuesta un poco relacionarme con las personas y no me gusta el contacto físico, a veces sufro de ataques de pánico...

- No es algo que hará que dejes de gustarme, para mi no eres normal porque debes ser de otra galaxia, eres muy buena para este planeta. Lamento si te he incomodado. - Yo negué rápidamente.

- No lo has hecho.

- ¿Eso es bueno? - Yo asentí. - Bien, bajaré antes de que Dianne venga por mi. - Yo asentí pero ella se quedo mirándome antes de darme un torpe beso en la mejilla. - Feliz cumpleaños.

Ella se fué del auto lo más rápido posible y luego de un minuto mi hermano regreso al auto sin dejar de mirarme con una sonrisa.

- Así que... - Yo lo miré. - ¿Cómo eres tan inocente y todas tienen un crush en ti?

- No sé de que hablas.

- Bien, esta Tori, Kristen, la vecina que siempre te observa y ahora Andrea. - Yo me encogí de hombros. - Ha salido del auto con su cara como un tómate, ¿Qué ha pasado?

- Sólo hablabamos, le he dicho sobre mi Asperger y le ha dado igual.

- No lo dudo, esa chica es algo idiota. - Yo lo miré mal. - En el buen sentido de la palabra. Te hace ser diferente.

- Me gusta eso.

- Te gusta ella.

- Quizás.

Sólo túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora