Epilogo.

16K 780 129
                                        

Casey miraba a Kendall quien estaba muy entretenida leyéndole las cartas a su padre, ella sabía que era una mala idea llevarla a su casa para hacer el proyecto pero era mejor que ir a casa de Kendall donde todos pensaban que eran pareja. Su padre le sonrió coqueto mientras ella rodaba los ojos, cuando tocaron la puerta ella aprovecho el momento para escapar pero fue un error hacerlo cuando Tori fue quien estaba al otro lado, y ambas sabían a qué venia.

- ¿Puedo pasar?

- No. – Casey contesto. – Y aunque pudieras no deberías estar acá, es Sean es mi amigo y no me gustaría hacerle eso Tori.

- No te molesto hacerlo la última vez. – Casey hizo una mueca, la última vez apenas conocía a Kendall.

- No me lo hagas más difícil, por favor. – La rubia suplico, y es que Tori era su maldita debilidad. – Demonios, debes dejar de usar pantalones ajustados.

- Pues quítamelos. – Tori mordió su labio inferior y Casey le miró una vez más.

- No. No puedo, vete.

- Venga, Cass nunca dices que no. – Tori hizo un puchero.

- Casey, tu papá se ha ido a dormir y... - Kendall vio a la chica en la puerta.

Y Kendall se llevaba bien con todos pero Tori era la excepción, ella podía ser como una niña la mayor parte del tiempo pero ella no era tonta, y ella notaba las miradas de Tori.

- Oh. – Tori observó a Casey quien desordeno su cabello. - ¿Interrumpo algo?

- Sí. – Kendall contesto. – Así que estás invitada a irte lejos de aquí. – Casey rio levemente ganándose una mirada asesina de ambas, pero no podemos culparle Kendall era una chica tan celosa como "Andrea" y verle así de molesta le hacía gracia. – Deberías enfocarte en tu novio o algo, Casey es mi novia.

- Que no soy tu novia. – Casey rodó sus ojos cuando Kendall iba a hablar la rubia se adelantó. – Y que tus sueños te lo digan no lo hace real.

Y Kendall seguía con su teoría de que el destino las había juntado porque estaban destinadas a estar juntas. Casey aunque lo negaba, ella recordaba perfectamente aquellos sueños, aunque desde que Kendall había llegado a su vida aquellos sueños se detuvieron.

- ¡¿Me has llamado gorda?! – Casey salió de su mundo para notar la pelea que se formaba en el pórtico de su casa. - ¡Mira maldita desquiciada... - Casey cerró su puerta mirando a Kendall que parecía sorprendida.

- Vamos a hacer el proyecto. – Casey tomó sus hombros con sus manos guiándole a la cocina. – Malditos Nazi's por marcar la historia. – Gruño haciendo reír a Kendall como siempre lo hacía.

Ambas se habían metido en sus libros aunque muchas veces elevaban la mirada para verse, Casey trataba de no hacerlo mucho a diferencia de Kendall a quien no le molestaba si la rubia frente a ella le encontraba mirándole. Unos pasos se escucharon y un chico sudado en ropa deportiva se dirigía por un vaso de agua.

- Oh, hola. – El hijo mayor de los West saludó. – Nunca te había visto por acá. – Sonrió.

- Me llamo Kendall.

- Soy Gregor. – Él le sonrió a la chica que sonreía por conocer al hermano de la chica que le gustaba.

- Es lesbiana, aléjate de ella. – Casey habló sin despegar la mirada de su libro de historia. Gregor miró a su hermana menor y se marchó.

- ¿Es lo único que le dices a tu hermano al verle? – Casey se encogió de hombros.

- ¿Qué debería decirle?

- No lo sé, con mis hermanos solemos charlar de lo que hacemos y esas cosas.

- Estoy ocupada.

- ¿Lo harás luego?

- ¿Qué sentido tendría eso?, a ninguno de los dos le importa la vida del otro.

- ¿Por qué?

- Eres demasiado entrometida para ser alguien que no es parte del periódico escolar o algo. – La rubia le miró y la menor sonrió. – Desde que murió mamá las cosas se pusieron tensas, además me acosté con su novia.

- ¿Qué tu hiciste qué? – Kendall abrió sus ojos asombrada.

- Él era novio de Dianne cuando yo tenía 15 años, aunque ambos se engañaban el punto de quiebre fue cuando él se enteró de eso. De todas formas solo fueron algunas veces.

- ¿No te hace sentir mal eso? – Casey se detuvo pero no levantó su mirada.

- Sigamos con el proyecto.

Kendall también sabía que había un límite para la caída de barreras de Casey y las respetaba así que siguió con el trabajo que parecía importante para la rubia.

- Por fin hemos acabado. – Casey se estiro.

- Apenas hemos empezado.

- ¿De qué hablas?

- Salgamos en una cita.

- Yo no voy a citas, te lo he dicho.

- Siempre hay una primera vez para todo. – Kendall sonrió. – Salgamos.

- No.

- Sí.

- Que no.

- Solo una cita.

- No.

- Una salida de amigas que podrían besarse.

- No.

- Un paseo por el parque donde pueda tomar tu mano.

- Ya te lo he dicho, no.

- epilogo. Entonces compremos una pizza.

- No me gusta la pizza.

- ¡¿Estás loca?!

- No tanto como tú. – Murmuró.

- La pizza es una de las cosas más magnificas que ha podido hacer el hombre, pero no te preocupes aun sigues gustándome.

- Que suerte la mía. – Ella rodó sus ojos.

- Mira, ¿Qué tal si te compro un helado y luego me voy? – Casey lo pensó.

- Bien.

N/A: ¿Qué pasará con Casey y Kendall? ¿Qué pasará con la verdadera vida de Casey?, ¿Que sucede en la vida de Kendall?, pronto lo sabrás o tal vez no, quizás esto tambien sea un juego de tu mente.

Sólo túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora