Capítulo 32

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Andrea

Observé a Casey que dormía tranquilamente en su cama, vi las maletas a su lado y suspiré. En unas horas se iría así que vine lo más pronto a su casa, me acerqué a su lado y acaricié su cara con cuidado, al tocar su nariz ella la arrugó levemente, era adorable. No puedo creer que no podré tocarle en tanto tiempo. Me gustaría ser lo suficientemente egoísta para pedirle que se quedara a mi lado, pero no puedo frenar sus sueños.

- ¿Por qué lloras? - Ella abrió lentamente sus ojos.

- No lo sé.

- Aunque eres bonita cuando lloras, no me gusta que lo hagas. - Murmuró aún algo adormilada, ella limpió mis lágrimas y yo sonreí. - Te amo.

- Sólo tú me harás feliz, ¿Lo sabes, no?

- Lo supuse. - Bromeó.

- Cuando vuelvas podríamos casarnos. - Ella me miró algo asombrada.

- ¿Es una broma o hablas en serio?

- No lo sé, es una sugerencia.

- Esperemos a ver lo que pasará. - Ella desvió la mirada y yo hice una mueca.

- Yo sé que sólo tú podrías ser con quien me case, ¿No crees lo mismo?

- Yo sólo pienso que podrían cambiar las cosas, podrías conocer a alguien mejor que yo. - Negué. - No lo sabes, Andrea.

- Nadie es mejor que tú, Casey.

Ella iba a seguir discutiendo pero la besé, sus facciones se relajaron y me acomodé sobre ella, sus manos acariciaban mi cintura cuando sentí su lengua en mi boca, lo que me pilló de sorpresa es cuando sus manos empezaron a bajar pero no me importó. Mis labios empezaron a bajar a su cuello y escuché un pequeño gemido salir de sus labios cuando mordí donde sentí su pulso. Sus manos tomaron mis hombros y me alejé para verle, besé su frente antes de sonreírle.

- Lo lamento.

- ¿Por qué te disculpas? - Pregunté confundida.

- Por no estar lista para esto. - Murmuró.

- Oh, no te disculpes por eso torpe. No es algo del otro mundo, ya tendremos tiempo para esto. -Ella sonrió asintiendo.

Me acosté a su lado y me acurruqué en su pecho, sentí sus manos acariciar mi cabello y suspiré algo relajada.

- Es bueno saber que no están haciendo nada indebido. - Miré hacía la puerta y ahí estaba Gregor. - ¿Lista para las pizzas? - Casey asintió y nos levantamos.

Junto a Gregor fuimos a la pizzeria de siempre, ahí nos esperaban Kristen, Tori e incluso Tom, ¿Qué hacía mi amigo acá?, no tengo la menor idea.

- ¿Pides lo de siempre? - Preguntó Kristen a pesar de que hoy era sólo una amiga y no la camarera.

- No, quiero algo diferente. - La mayoría la miraba algo sorprendida y yo sólo sonreí. Cada vez avanza más respecto a romper sus rutinas. - Sorprendanme.

- Okay, Fred traenos lo que quiera cocinarnos Drake. - El camarero que esperaba nuestra orden asintió. - Y trae unos bocadillos junto a las sodas. - Él asintió y se fué.

- Serás una buena gerente. - Casey le sonrió y Kristen se encogió de hombros.

- Mientras no arruine este excelente lugar y lo lleve a la quiebra, creo que podría serlo. - Tori habló con una sonrisa burlona.

- ¿Por qué no cierras tu linda boca? - Yo sonreí y vi a Gregor quien también notó el sonrojo en la cara de Kristen y Tori.

- Dejen de filtrear frente a nosotros, no quiero vomitar. - Bromee haciendo que ellas se sonrojaran aún más y los otros rieran.

Pasamos las tardes entre bromas y juegos, como si Casey no se fuera actuaron normales pero a la hora de despedirnos vi como Tori y Kristen soltaban unas pequeñas lágrimas. Cuando volvimos a su casa, cenamos junto a su familia y la mía, no era nada del otro mundo y supe que Casey estaba agradecida por eso. Luego de la cena era hora de irnos, fui junto a su familia al aeropuerto y esperamos a que llegara su vuelo.

- Te amo. - Besé su mejilla y ella sonrió cuando empecé a besar toda su cara.

- Yo también lo hago, Andy me estas avergonzando. - Rió levemente.

- Me da igual. - Observé su cara entre mis manos y sonreí. - Tengo algo para ti.

- ¿Un regalo? - Asentí, me quité una de mis pulseras y la puse en su muñeca.

- Esta pulsera la compre cuando fui a México, la señora que me lo vendió dijo que debía darsela a alguien a quien siempre llevarás en el corazón, le dije que lo haría porque daba algo de miedo pero sólo la compré porque pensé que era linda pero ahora encontré a alguien quien la lleve.

- Eres perfecta. - Yo me ruboricé levemente y sonreí.

- Vuelo 382 hacia Tokio, Japón. Por favor abordar por la puerta número 12.

Ella fue a abrazar a sus padres y vi como su padre lloraba y abrazaba a su madre cuando se separaron, Gregor sólo sonreía y ella lo abrazó por un largo rato, algo se susurraron antes de voltearse a verme. Ella corrió a mis brazos y la verdad, desee que nunca me soltará pero tenía que dejarla tomar su vuelo. Ella me besó antes de sonreírme y empezar a caminar hacía la puerta de su vuelo, mis lágrimas empezaron a salir cuando ella desapareció entre la gente.

Sus padres me dejaron en mi casa, mis padres estaban pendientes de sus nuevos negocios así que sólo subí a mi habitación. Me sorprendió encontrar una caja sobre mi cama, al abrirla de nuevo las lágrimas se formaron en mis ojos. Era un cuadro lleno de fotos de nosotras, también había un disco y me apresuré a prender mi ordenador, cuando lo reproduje apareció un video, era una animación de nosotras desde el día en que nos conocimos hasta ayer.

"No sabes cuanto te amo, ¿Cuando hiciste las caricaturas? "
"Me alegra saber que te ha gustado, lo hice en las noches. Te amo pero ahora de verdad quiero dormir y la señora que va a mi lado no para de mirarme mal por la luz de la pantalla."
"Ten un buen viaje, mi amor."

Sólo túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora