La mujer miraba fijamente a la niña hasta que la pequeña pestañeó y la mayor celebró. Andrea entró y rio al ver la escena, a pesar de los años Casey seguía siendo la misma.
- Mamá Casey me ha ganado de nuevo. - Camila hizo un puchero mirando a Andrea. - No es justo, ¿Cómo lo hace?
- Es lo que provoca la competencia en tu madre, Cami. - Andrea abrazó a su hija depositando un suave beso en su mejilla.
- Haz llegado del trabajo. - Casey se abrazó fuertemente a Andrea haciéndole sonreír. - ¿Cómo te ha ido hoy?
- Ha sido algo agotador, pero todo ha ido bien. - Casey besó rápidamente a su esposa antes de ir a calentar la cena de Andrea en el microondas. - ¿Y qué tal su día?
- A mis compañeros les ha parecido genial mamá Casey, siempre he dicho que ella es genial y ahora todos en la escuela lo piensan. - Dijo alegre la niña de 10 años.
- Lo es, incluso si los demás no lo piensan. - Andrea sonrió viendo a su esposa pendiente del microondas - Vamos, es hora de que tú vayas a dormir. - La niña hizo un pequeño puchero mientras seguía a su madre a su habitación, Andrea se preocupó de que Camila hiciera todo lo necesario antes de dormir y luego la arropó. - Buenas noches, Cami.
- Mamá, ¿Puedo preguntarte algo? - Ella asintió. - ¿Tú nunca te separaras de mamá Casey, cierto?
- ¿Por qué preguntas eso? - Andrea le miró confundida, no creía que su hija pensara en esas cosas pues al menos a su parecer nunca habían dejado que ella viera alguna pelea que pudieran tener.
- Los papás de Stephanie se están divorciando porque peleaban mucho, no quiero que ustedes se separen, eso me pondría muy triste. - Murmuró.
- Camila, yo y tú mamá nos amamos desde que eramos unas adolescentes. Hemos pasado por muchas cosas y las superamos juntas, nada podrá vencernos en este punto. - Ella sonrió mostrando su dentadura con falta de algunos dientes. - No pienses en esas cosas, ¿Si?
- Okay.
- Buenas noches, tesoro.
- Buenas noches, mamá. - Besó su frente antes de volver a la cocina justo a tiempo cuando el microondas sonó indicándole que la comida estaba lista.
- Ya está lista la cena. - Casey dijo felíz, dejó el plato frente a Andrea y ella besó su mejilla.
- Muchas gracias, Cass.
- Tengo que decirte una cosa. - Andrea le miró mientras comía sus spaghetti. - Sabes que he estado trabajando en este videojuego todo el año, pero debo ir a Nueva York a finalizar asuntos legales.
- Esta bien, creo que tendremos que contratar de nuevo a Bruce para ayudarme con Camila. - Casey negó.
- No, lo que quiero decir es que... estaba pensando en mudarnos allá. - Andrea dejó el tenedor sobre la mesa mirándo incrédula a su esposa.
- ¿Qué?
- Por temas de promoción y asuntos legales será mucho tiempo, y estuve viendo un Penthouse cerca de Central Park, es bastante lindo. Camila aún es pequeña y estuve investigando que aún está en la edad que un cambio así no le afectaría tanto.
- Pero... mi trabajo.
- Te alegrará escuchar esto, cerca del edificio hay un local en arriendo, es bastante grande y sé que te gustará. - Casey tenía una gran sonrisa.
Por la mente de Andrea pasó un viejo recuerdo de hace dos años atrás.
Andrea recogió las cartas y separó las cuentas para poder pagarlas cuanto antes, mientras revisaba las demás notó una bastante particular. Su dirección era de Japón. Al ver que era para Casey fue a su oficina donde la mujer miraba vídeos de gatos.
- Cass, ¿Qué hes esto? - Su esposa le miró un momento antes de volver a ver al gato de la pantalla.
- Sólo una oferta de trabajo en Japón, ¿Puedes botarlo?, no es algo que me interese.
- ¿Por qué?
- Tendría que vivir allá, y además no es una buena oferta. - Casey le sonrió y Andrea asintió. Fue a la cocina y antes de deshacerse de la carta la abrió.
Aquella no era una mala oferta, pero sabía que era más trabajo y eso significaba menos tiempo para la familia, Andrea obedeció a Casey pero un poco de culpa le invadió, Casey había renunciado a ello por ella.
- ¿Y qué piensas? - Preguntó Casey mirando atentamente a Andrea.
- Pues creo que deberíamos empezar con todo cuando Camila finalice el curso, ¿Está bien?
- Claro, supuse que dirías algo así.
El tiempo pasó y ambas fueron a la cama agotadas. Casey se acurrucó en el pecho de Andrea, a pesar de estar cansadas ninguna de las dos dormía, ambas disfrutaban de la compañía de la otra en silencio.
- Estaba pensando en los viejos tiempos... - Andrea murmuró. - Ha pasado mucho tiempo desde que nos conocimos, ¿No?
- Sí. - Casey sonrió. - Y te he amado todo este tiempo.
- ¿Nunca te has fijado en alguien más? - Casey negó algo confundida.
- ¿Por qué me fijaria en alguien más si te tengo a ti? - Andrea sonrió. - Siempre me pregunté por qué nunca notaste mi síndrome de Asperger.
- Pues no era algo relevante para mi, ni ahora lo es. Para mí siempre fuiste más que una chica con Asperger, para mí eres especial por tu mente y tu corazón. ¿Puedo preguntarte algo? - Casey asintió. - ¿Por qué te fijaste en mí cuando le gustabas a Tori, Kristen y Susan?
- Porque ellas nunca me llamaron la atención como tú. - Andrea besó la cabeza de Casey. - Además, solo tu logras hacerme amar a alguien así y solo tu logras hacerme feliz cada día.
- Yo también te amo, mi amor.
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Sólo tú
Teen FictionCasey nació con el síndrome de Asperger, creció bajo el manto de su madre y clases en casa. Nunca pudo socializar mucho y definitivamente Andrea lo notó. A diferencia de Casey, Andrea ha tenido una vida normal a pesar de los conflictos con sus padr...