Speak Now | zm

17.

Capítulo 17

        El vuelo me pareció en su mayoría tranquilo. Sí, esa podría ser una buena palabra para definirlo. Mis nervios nunca se fueron al cien por ciento, pero la compañía de Zayn me había ayudado a que se fuera más rápido, entre dormir y sus conversaciones divertidas, pude casi llegar a disfrutarlo. Cuando aterrizamos en el aeropuerto de Los Ángeles, me encargué de conseguir un carro y rentarlo para la estadía de Zayn aquí, ya yo podría tomar el de mi tía para regresar a casa una vez que lo dejará instalado. 

          Tuvimos que tener mucho cuidado para no alertar ni llamar la atención de los reporteros y de las fans, Zayn tuvo que ir en la parte de atrás donde los vidrios eran polarizados y yo manejé un buen tramo hasta llegar a un punto donde parar para que el se cambiará adelante conmigo. 

           —¿Necesitas algo de tu casa antes de irnos?— preguntó Zayn, una vez que se cambió al asiento del copiloto. Había sido divertido esto de esconderlo de la vista de los demás.

          Negué. 

           —No realmente, después de dejarte podre regresar a descansar.— Murmuré buscando una canción para poner antes de arrancar el coche de nuevo.

          —¿No te quedaras?— su pregunta me tomó por sorpresa. Despegué mis ojos de la pantalla de mi celular y lo miré con el ceño levemente fruncido.

          —No, Zayn. Solo te acompañare.— contesté. Frunció el ceño al igual que yo.

         —¿Por qué?

        Solté una risa.

         —Zayn, tu necesitas tu tiempo a solas. Para ti, necesitas tranquilidad para poder aclarar tu cabeza, yo solo sería una distracción y esa no es la intención. 

          —Sí, lo sé, pero no creí que estaría solo todo el tiempo. Me... me gustaría que te quedarás. — Susurró. Miré hacia adelante y arrugué mi nariz sabiendo que no era una buena idea, porque para empezar, el que mis piernas se sientan como gelatina al estar en su presencia, el que no pueda dejar de imaginarme sus suaves labios besando a los míos y el hecho de que solo seremos él y yo. 

          No, definitivamente era una pésima idea.

          Volví a mirarlo y al instante me arrepentí. Ver esos ojos cafés, tan intensos, mirándome de esa manera, suplicándome no dejarlo solo. Joder. Era una maldita debilucha. Porque seguramente estaba imaginándome la necesidad con la que me pedía que me quedará, ¿verdad? Era mi cabeza jugando conmigo, haciéndome creer que él me chantajeaba para no admitir tan fácilmente que la idea de quedarme era emocionante. Y que la verdad era, que yo también quería quedarme. 

           —Bien.— El sonrió con suficiencia y me dieron unas tremendas ganas de golpearlo. —Idiota.

           Alrededor de poco más de dos horas por fin pude divisar aquellas palmeras que rodeaban toda la entrada principal. Me emocioné al instante, estar de nuevo en esta casa me hacía muy feliz, tenía tantos hermosos recuerdos de mí con mi padre hace algunos años. Le eché una ojeada a Zayn y él estaba mirando por la ventana todo a su alrededor. 

            Nos fuimos acercando más hasta que detuve el carro frente a la entrada, le sonreí emocionada y bajé. Zayn hizo lo mismo, en cuanto estuve abajo percibí el olor a playa. ¡Oh, cuanto había extrañado esto! Seguí a Zayn a la cajuela y ambos bajamos el equipaje, solo una maleta cada uno y otra mochila mía que había dejado en el asiento de atrás. Zayn tomó mi maleta y se dirigió con la suya a la entrada. Por mi parte bajé la mochila y tomé mi bolso.