Capítulo 2

2K 115 4
                                    

*Olivia Benson*

Entré lo más rápido que pude al baño, me apoyé en el lavamanos, cerré los ojos... me lavé la cara ¿Qué acababa de hacer? ¿En serio le había dicho eso a Elliot? Yo sé que lo quiero, pero no creía que tanto ¿Me estaría gustando este hombre? Lo que le dije fue verdad, es lo que siento y... me gusta... creo que él me gusta. Y una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro. 

Traté de borrar las imágenes que pasaban por mi cabeza, salí del baño y busqué con la mirada nuestra mesa, ahí estaba él, mirando a la nada; me acomodé en mi lugar y seguimos con nuestra charla.

En un momento nos quedamos en silencio y Elliot me preguntó:

-Estás bien? Y su cara mostró preocupación

-Sí..

-Tus ojos no dicen lo mismo

Mis ojos! Qué le pasa a Stabler? Creo que me impresionó mucho lo que dijo por qué abrí la boca

-Mis ojos? pregunté.. ¿Qué les pasa a mis ojos?

-Ellos dicen mucho Liv.. y además son los más hermosos que he visto en mi vida, -su mirada cambió- cuando reís brillan y cuando algo te preocupa se nota en ellos

Me sonrojé. Ahora sí que estoy confundida, dijo que mis ojos son hermosos! Corté esa conversación ahí e insistí para irnos.

Esa noché pensando en todo lo que habíamos vivido juntos me di cuenta de que lo quería más de lo que imaginaba... en realidad lo amaba... y empecé a reírme sola, LO AMABA!

Pasaron los días y no podía dejar de mirar a Elliot de manera distinta; una mañana trabajando acerca del asesino en serie recibimos una llamada que nos sorprendió, sabíamos su paradero asi que inmediatamente mi compañero y yo salimos hacia allá.

-Policía de New York abrá la puerta! gritó Elliot y la derribó de una patada

El asesino salió por la ventana y corrió, lo perseguimos, nos metimos en un cuarto oscuro y caminamos lento, en ese momento donde mi corazón se acelaraba sentí un ruido fuerte, giré rápidamete y vi a mi compañero caer, sus ojos se abrieron al igual que su boca... su cuerpo cayó y comenzó a sangrar por un costado de su vientre, sangraba demasiado.

Sin dudarlo le metí dos balas al asesino que no dejaron que siga respirando.

 Me arrodillé junto a Elliot, presioné su herida para que dejara de sangrar, él apenas respiraba y yo sentí que con él se iba mi última oportunidad de amar, una lágrima mojó mi mejilla y con un hilo de voz le dije:

-No te vayas por favor... sos lo único que tengo... te amo

Continuará...

Te amaré el resto de mis díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora