Capítulo 59

593 37 7
                                    

—¿Hiciste todo esto tú solo hijo?

—No, Megan me ayudó y Gracie también —sonrió al recordar ese día tan lindo que había pasado con sus amigas.

—Me encanta —dijo Elliot maravillado, recorriendo el lugar con la mirada.

Cal les dio un pequeño recorrido por la casa mostrándoles cómo había organizado los muebles en cada habitación. La decoración, por otra parte, sería decisión de Liv.

—Creo que iré a mi habitación un rato, estoy cansado —dijo el chico refregando sus ojos, cuando terminaron de recorrer todo.

Y no era para menos, había pasado unos días bastante agitados y había dormido poco. Así que aunque fueran recién las 9 de la noche necesitaba dormir.

—De acuerdo campeón, me encantó cómo quedó nuestra casa. Eres un hijo excelente y te amamos —respondió Elliot abrazándolo.

—Nos encantó, hiciste un trabajo hermoso —agregó Liv— ve a descansar ¿si? —besó su frente.

—Gracias... también los amo —sonrió con ojos brillosos y se dirigió a su cuarto.

Elliot abrazó suavemente a Olivia en medio del pasillo de la planta alta de la casa. Se tomaron su tiempo, ninguno de los dos quería separarse, tenerse cerca se sentía demasiado bien.

—Amor... —susurró Liv.

—¿Si?

—Creo que iré a tomar un baño —besó su pecho.

—¿Necesitas compañía?

Ella sonrió pero sus ojos no brillaron como siempre.

—Esta vez no... Necesito un momento a solas ¿puedes entenderlo?

—Claro que sí preciosa —acarició su mejilla con el pulgar de su mano sana— todo el tiempo que necesites, estaré abajo.

—Gracias, necesito sacarme este olor a hospital.

—Está bien y luego podemos comer algo.

—Eso me encantaría.

Elliot bajó las escaleras cuidadosamente y salió al jardín, respiró profundo llenando sus pulmones de la brisa fresca que anunciaba que la primavera estaba llegando. Se sentó sobre el césped y decidió llamar a sus hijos. Ellos no sabían nada de lo que había sucedido ya que él creyó que eso sería lo mejor ¿quién los cuidaría mientras él estuviera internado? Amanda no podría con todos tanto tiempo, así que prefirió ocultarles la verdad por unos días a pesar de que se enfadaran. Además, no quería ver a Kathy, él la había perdonado pero no sabía cómo iba a reaccionar ella después de tantos meses sin hablarse y realmente no se sentía con ánimos de soportar alguna escena.

Olivia puso a cargar la bañera con agua, mientras tanto fue quitándose lentamente la ropa ya que algunos movimientos provocaban dolor en sus costillas. Se puso frente al espejo observando cada marca que el hijo de perra de Reynolds le había dejado, su mejilla estaba morada al igual que su abdomen, la cortada de su frente y cadera dejarían cicatriz, su cuerpo le dolía cuando respiraba profundo pero nada le provocaba tanto dolor como haber estado a punto de perder a su bebé. Se metió a la bañera y colocó una toalla como almohada. Intentaba concentrarse en el lado positivo de la situación pero no podía, su cabeza no dejaba de dar vueltas siempre en el mismo lugar. Qué hubiese pasado si... ¿Qué hubiese pasado si ningún policía llegaba a ayudarla? ¿Ella hubiese disparado contra el que por mucho tiempo fue su amigo, su amigo de la adolescencia? ¿Lo hubiese matado por salvar todo lo que más ama en esta vida? Sí. Seguramente sí lo hubiese hecho y eso era lo que más le pesaba en el corazón. No entendía cómo todo se había ido por el caño en tan poco tiempo ¿en qué momento las cosas habían comenzado a empeorar hasta acabar de la peor manera? Patrick fue su mejor amigo y de un momento a otro se convirtió en su peor pesadilla.

Te amaré el resto de mis díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora