Capítulo 20

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Había pasado una semana desde el incidente en la Unidad. 

El disparo dirigido a Olivia había dado en un vaso sanguíneo, lo que produjo que casi se desangrara; el paramédico logró revivirla en la ambulancia, pero cuando llegaron al hospital, descubrieron que sus lesiones eran muy grandes, asi que tuvieron que inducirla a un coma.

Desde ese día Elliot había estado a su lado, excepto cuando tuvo que hacer los trámites en el hospital psiquiátrico de Kathy; Calvin estaba viviendo con Fin, al que ya había adoptado como tío, y con él iban todos los días a visitar a su nueva mamá.

La cara de Olivia reflejaba mucha paz, esa paz que Elliot no veía desde el primer día que la vio entrar por la puerta de Víctimas especiales, preguntando por el capitán Cragen, con los ojos iluminados de emoción, pero a la vez seria, algo que la caracteriza mucho; esa paz lo hacía sentir bien pero a la vez lo asustaba, lo asustaba el pensar que ella, quizás, jamás volviera a abrir esos preciosos ojos cafés. Estaba delicada, aunque sus lesiones internas ya estaban sanando poco a poco, todo dependía de que ella despertara...

Era Jueves por la mañana, Elliot estaba dormido en el sillón de la habitación de Liv, justo a su lado. De repente, ella comenzó a abrir sus ojos, muy lentamente, su visión era borrosa, no sentía casi nada, excepto un dolor continuo en su abdomen. Cuando los abrió por completo vio pasar una silueta que le hizo recordar a Kathy, pero como estaba algo mareada pensó que solo era su imaginación. Volteó su cabeza y vio a Elliot dormido a su lado, acurrucado como un niño. Una sonrisa se dibujó en su rostro, suspiró y agradeció tener a su lado a un hombre como él, nunca lo cambiaría por nada. Inmediatamente recordó el tiroteo y a Calvin, empezó a ponerse nerviosa y su ritmo cardíaco comenzó a subir, haciendo sonar las máquinas conectadas a su corazón. Elliot despertó debido al ruido, se asustó, pero al verla despierta no pudo ocultar su felicidad. Corrió a su lado, tomo la cara de Olivia entre sus manos y la besó profundamente

-Elliot... -suspiró Liv con sus ojos cerrados, mientras su corazón volvía a latir con normalidad

-Hola mi amor! -los ojos de Ell se llenaron de lágrimas- bienvenida de vuelta, te extrañé mucho

-¿Qué fue lo que pasó? No recuerdo nada después del tiroteo. ¿Calvin cómo está?

Elliot se dio cuenta de que la paz que había visto en el rostro de la mujer que amaba, había desaparecido nuevamente y por completo, sus ojos le suplicaban que le dijera que Calvin, su pequeño, estaba bien, y por suerte así era.

-Tranquila cariño.. -dijo mientras acariciaba su cabello- Cal está perfecto, Fin lo está cuidando y vienen a verte todos los días, ambos estaban muy preocupados por ti. Todos... estuvimos muy preocupados por ti.

-Gracias por cuidarme -dijo ella con una tímida sonrisa en sus labios- sé que estuviste a mi lado, pude sentirlo.

En ese momento, Calvin entró a la habitación junto a Fin, la sonrisa y la sorpresa de ambos era enorme, el pequeño corrió a los brazos de su mamá, quien lo esperaba ansiosa. Ambos estuvieron abrazados sin decir una palabra, luego él despegó su cabeza del pecho de Liv y, con los ojos algo humedecidos, le dijo

-Te extrañé mucho, por un momento creí que también me ibas a abandonar, pero luego recordé que siempre estuviste a mi lado, y que prometiste nunca irte. Asi que me propuse hacer lo mismo, quedarme contigo, gracias por volver... mami...

Al escuchar esa última palabra, Liv se emocionó mucho, la adrenalina comenzó a recorrer todo su cuerpo y no pudo contener las ganas de abrazarlo que le surgieron. Beso su pelo y lo mantuvo pegado a ella, temiendo que al sotarlo, algo pudiera cambiar o separarlos... aunque ambos sabían que nada, ni nadie nunca, iban a lograr eso.


Continuará...

Te amaré el resto de mis díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora