Capítulo 30

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El corazón de Olivia latía con fuerza desde que se enteró que iba a ser mamá, una sensación extraña recorría todo su cuerpo, era una felicidad que nunca había sentido.

Elliot tuvo que llevarla a casa porque al levantarse de la camilla volvió a marearse, por lo que Melinda le recomendó relajarse y descansar unos días. Durante el viaje Ell no paraba de hablar:

-Entonces tenemos que pedir una cita con un médico obstetra, uno bueno que los controle a ambos -decía entusiasmado- debes empezar a comer bien, creo que te cocinaré yo mejor. Ah y también buscaremos una casa grande, en el departamento no entraremos con los niños

-Espera -lo interrumpió- amor lo siento pero estás volviéndome loca.

Elliot rió pequeñamente.

-¡Estoy emociando Liv! ¡Entiendeme!

-Lo sé, lo sé -regalándole una amplia sonrisa y besándolo fugazmente en los labios- amo que te sientas igual de emocionado que yo.

-Dejame quedarme con ustedes ahora -dijo estacionándose frente al edificio donde vivían-.

-No amor, estamos a mitad de un caso y necesitamos a uno de los dos allá. Prometo extrañarte todo el tiempo -susurró sobre sus labios antes de volver a besarlos con ternura-.

-De acuerdo muñeca -respondió siguiendo el beso- volveré lo más pronto posible, llámame si necesitas cualquier cosa, ¿okay?

La morena solo asintió con la cabeza.

-Los amo -susurró besando el casi plano vientre de Liv-.

Ella sonrió derretida de amor ante el gesto de su hombre.

-Te amamos -respondió- ah y no le digas a nadie de esto, quiero que lo hagamos juntos -sentenció levantando una de sus cejas-.

-Esta bien, no diré nada Sargento.

-¡Aún no soy Sargento! -dijo bajando del auto- adiós amor.

-¡Adiós!

Parecía que sus hormonas se habían puesto a flor de piel de repente, sentía unas ganas de llorar terribles y sumado a eso, el viaje en auto no había ayudado mucho provocándole náuseas. Entró al departamento, se quitó el abrigo, las botas y se sentó en el sofá, su vista se perdió en la nada mientras su mente iba y venía sin descanso, todo estaba pasando tan rápido que tenía miedo de despertar y que todo fuese un sueño, el ruido de su celular la sacó de sus pensamientos

De Amanda a las 16:04

"Espero que todo esté bien, si me necesitas llámame"

"Todo está bien, te contaré luego Mandy"

"De acuerdo Liv, cuidate"

Dejó su celular sobre la mesita y se recostó más sobre el sofá, levantó su blusa y acarició suavemente su vientre, entonces no pudo contener más las lágrimas y comenzó a llorar a mares hasta quedarse dormida. Al despertar las náuseas eran peores, lentamente se incorporó y caminó hasta su habitación, revisó en su armario y encontró la caja que estaba buscando, se sentó en la cama y la abrió, tantos recuerdos pasaban por su cabeza en esos momentos, allí dentro había fotos de su madre y ella cuando era pequeña, algunos dibujos, un papel del hospital con sus piecitos de recién nacida marcados... todo hacía que sus lágrimas siguieran saliendo descontroladamente, en el fondo había una carta que hacía años no leía porque, por alguna razón la hacía sentirse horriblemente sola, pero en ese momento quería hacerlo

"Mi pequeña Olivia... hace unos días cumpliste los 6 años y no puedo creer lo mucho que has crecido y lo hermosa que te has puesto. Sé que me has visto llorar y gritar más veces de las que me has visto reír o jugar contigo, que pasamos por malas situaciones todo el tiempo por mi culpa y que probablemente no me elegirías como madre si tuvieses la oportunidad, pero quiero que sepas que estoy orgullosa de ti, de la niña valiente que eres. Siempre estaré a tu lado, quiero verte crecer, quiero verte convertida en una mujer con una vida mejor que la mía. Espero que encuentres a alguien que te ame, te respete y te haga felíz, con el que formes una familia y puedas disfrutar hasta de las cosas más pequeñas. Si algún día lees esto, necesito que sepas que a pesar de todo te amo y siempre estaré orgullosa de ti. Con amor... mamá."

-¡Oh dios! Me gustaría que estuvieras aquí para poder decirte que serás abuela y compartir todo contigo -decía ahogada ente lágrimas- por fin encontré a alguien que me ama y me hace felíz, no quiero dejarlo ir.

Las náuseas no le dieron tregua y la morena tuvo que salir corriendo al baño vaciando varias veces su estómago, finalmente se sentó en el piso rendida

-Hoy sí que no quieres dejar descansar a mamá eh bebito -dijo mientras acariciaba su vientre y limpiaba sus lágrimas con el dorso de su otra mano-.


Unidad de víctimas especiales


-No lo sé hermano, quizá sea mejor que la mujer no declare en el juicio, su trauma psicológco fue muy grande -dijo Fin con seguridad-.

-Sí lo entiendo, pero necesitamos su declaración ante el jurado -respondió Elliot- para que el caso sea más seguro.

-Eso no será necesario -exclamó Patrick Reynolds ingresando a la unidad- Joe Montal se suicidó hace unas horas

Elliot volteó inmediatamente, esa voz le era familiar de algún lado.

-¿Se suicidó? -preguntó Munch desde su escritorio- creo que eso es una clara admisión de culpa, ¿no?

-Cierto Munch -respondió Fin- el hijo de perra no soportó las consecuencias de sus actos.

-Patrick -dijo Elliot dirijiéndose al fiscal- ¡Qué sorpresa!

-¿Elliot? ¿Elliot Stabler? -preguntó asombrado-.

-El mismo, Elliot Stabler.

-Wow amigo, qué sorpresa -dijo y se saludaron muy amigablemente- no sabía que trabajabas aquí.

-Lo mismo digo yo, ¿eres el nuevo fiscal? -preguntó Elliot recordando que Olivia le había dicho semanas atrás que lo conocía- ¿hace cuánto estás con nosotros?

-Sí lo soy, hace al menos 20 días pero no he estado mucho por el edificio.

-Esperen -interrumpió Munch- ¿ustedes se conocen?

-Claro -dijo Patrick sonriendo-.

-De la escuela de policía -agregó Elliot- fuimos compañeros de habitación por casi 8 meses.

-Quiere decir que no solo conoces a Olivia, sino también a Elliot su compañero, tu ex compañero -dijo Munch- qué pequeño es el mundo...

-¿Olivia es tu compañera? -preguntó Patrick con media sonrisa en el rostro-.

El detective sonrió y sus ojos brillaron al escuchar su nombre, amaba hablar de ella, amaba poder decir que no sólo era su compañero en el trabajo sino también en la vida.

-Sí durante 14 años y además estamos casados hace casi un año -sonrió completamente orgulloso-.

La media sonrisa del fiscal se borró completamente, la noticia le había caído como un balde de agua helada. Él se había reencontrado con Olivia después de muchos años, su compañera del colegio y su obsesión secreta, había estado pensando en acercarse a ella nuevamente y conquistarla como tenía planeado desde los 13 años, pero ahora todo cambiaba, ella ya estaba casada, otro hombre había conquistado su corazón y ese hombre era nada más y nada menos que Elliot Stabler su compañero y amigo de la escuela de Policía. "Debo hacer algo al respecto" -pensó mientras su mandíbula se tensaba- "Esto no puede pasar, Olivia será mía aunque nos cueste la vida a ambos".

Continuará...

Te amaré el resto de mis díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora