Capítulo 29

783 55 9
                                    

-Cal, Calvin! Hey! -dijo Megan levantando un poco la voz para que Calvin la oyera-.

Él volteó inmediatamente y le regaló una sonrisa.

-Hola!

-¿Qué haces? -preguntó acercándose lentamente-.

-Practico unos tiros al aro -contestó jugando con la pelota de baloncesto en sus manos-.

-Sí -dijo quitándosela de las manos- eso lo noté.

Apuntó desde su posición al aro y lanzó la pelota haciéndola entrar perfectamente.

-Eres buena Meg -dijo Cal recuperando la pelota que rebotaba en el suelo-.

-Gracias -respondió y se sentó en el césped-.

Él hizo lo mismo, se quedaron en silencio bajo la suave luz de la noche por unos instantes hasta que Megan habló

-Sabes que si nos ven aquí nos regañaran, ¿no?

-Sí lo sé, pero me gusta estar aquí.

Ella lo miró confundida.

-Quiero decir que me gusta estar fuera, no aquí en este lugar.

-Sí lo sé -suspiró- yo solo espero tener 18 años para poder irme.

-¿Y a dónde irás?

-No lo sé, pero estoy segura de que me iré de aquí. Mañana es sábado, ¿sabes qué significa eso?

-Que algunos padres vendrán a vernos para saber a quién adoptarán...

Megan asintió.

-Sabes que no saldré de la cocina.

-¿Por qué no? Tendrás más posibilidades si te vas con alguna familia que quedándote aquí Cal..

-¡Pero yo ya tengo mi familia! ¡Te lo he dicho muchísimas veces y no me escuchas!

El aire se volvió tenso, él se sentía atacado y ella sentía que necesitaba protegerlo.

-Lo siento... -suspiró- yo... hace algunos años también tenía familia, pero me dejaron aquí y no volvieron, los esperé largo tiempo -apretó sus labios y continuó- ellos jamás volvieron.

-¡Olivia y Elliot no son así! Jamás me dejarían aquí. Todo es culpa de Servicios Infantiles y... mia, me metía en muchos problemas. Olivia... ella me salvó y eso fue lo mejor que me pasó en la vida, daría lo que fuera por volver con ella y con Elliot.

-Es solo que no quiero que pases por lo mismo que yo.

El silencio se apoderó de ellos unos instantes.

-Te ayudaré a volver con tu familia...

-Gracias Meg, creo que definitivamente somos amigos ahora -dijo y golpeó suavemente su hombro-.

-Creo que sí tonto -rió y se recostó en el pasto mirando al cielo lleno de estrellas-.

El sol que ingresaba por la ventana de la habitación se posaba sobre los ojos de Elliot con tanta intensidad que lo despertó, sus brazos rodeaban a la mujer más hermosa de todas. Con delicadeza movió un mechón de pelo de su rostro y lo colocó detrás de su oreja, entonces no pudo evitar mirarla dormir, su rostro mostraba paz, irradiaba una luz especial, besó su mejilla y ella despertó.

-Buenos días muñeca -dijo sonriente Stabler-.

-Buenos días -le devolvió la sonrisa y se acomodó mejor entre sus brazos- dime que no tenemos que ir a trabajar, quiero quedarme aquí todo el día -acarició su pecho-.

Te amaré el resto de mis díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora