Capítulo 69

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"—¡No te acuso, solo quiero saber la maldita verdad Kim! —dijo acercándose a ella— ¡Sabes que si mientes irás a prisión! ¿Es eso lo que quieres?

—¡No! No quiero ir a prisión, me matarían allí.

—¡Entonces dime!

—¡Está bien, él no me violó! ¿De acuerdo? Él se negó a darme las malditas pastillas que le pedí, no le costaba nada darme algunas pero no quiso el muy cobarde... así que me inventé todo esto —se sentó al borde de la cama y la miró con enfado.

—Kim...

—¡Ya te dije todo! ¿Estás felíz ahora?" 


—¿Cómo pudiste hacer algo así?

—Ya te lo dije Amanda, él se negó a darme mis pastillas, era muy sencillo.

—Así que él no hizo lo que tu quisiste y por eso lo acusaste falsamente.

—Grité violación y eso fue todo.

—¡¿Eso fue todo?! —gritó— ¡Kim lo que hiciste está mal! No puedes pretender que todo el mundo a tu alrededor haga lo que tú deseas. Eso no es correcto ¡Por amor de Dios!

—No vengas con tus estupideces de lo que es correcto y lo que no lo es. ¡Hice lo que tenía que hacer! Él fue un cobarde por no darme lo que yo quería.

—No puedo creerlo... —murmuró alejándose de ella.

—¡Ya vete! —le gritó señalando la puerta— ¡No quiero volver a verte Amanda! ¡Vete!

La detective salió de la habitación y se apoyó en la puerta, muy dentro de sí sabía que esto pasaría, pero quiso creer por primera vez en su hermana. Lástima que a su hermana jamás le interesó nadie más que ella misma. Tomó su celular y guardó la grabación, decidió ir en ese mismo momento a la jefatura. Amaba a Kim, pero la libertad de un hombre inocente estaba en juego, esta vez haría lo correcto.

Los detectives que llevaban el caso en Chicago comprobaron que la grabación fuese real y no estuviese adulterada de alguna manera, le realizaron algunas preguntas a Amanda y fueron en busca de Kim, tenían que aclarar todo. La rubia había mentido a la policía y eso no lo compensaría con solo una disculpa. Llegaron al centro de rehabilitación pero Kim no se encontraba en su habitación, revisaron todo el lugar, recorrieron los alrededores. Los guardias y los cuidadores juraban una y otra vez que no la habían visto irse, pero lo cierto es que la cámara de uno de los pasillos la registró saliendo por una de las puertas laterales. Era un hecho que se había escapado otra vez, como tantas veces, dejando sus problemas en manos de Amanda, poco le importaba el daño que le causara a ella o el daño a la reputación y al matrimonio del guardia de seguridad que acusó.

—¿Sonny? —su voz salió algo temblorosa.

Era tarde y estaba agotada emocionalmente, necesitaba hablar con alguien y no quería molestar a su amiga por lo que decidió llamar a su compañero.

Amanda —se alegró de oírla pero a la vez se preocupó por su tono de voz— ¿cómo estás?

—Tenías razón, Kim mintió. Nunca fue violada por el guardia —sollozó. Apoyó su espalda en la pared del baño del hotel donde estaba quedándose y se deslizó hasta quedar sentada.

Lo siento mucho Amanda...

—Eso no es todo. Ella desapareció, se fue otra vez, es como si nada le importara ¡A ella nada le interesa más que ella misma!

Hey hey tranquila, nada de esto es tu culpa.

—Debí hacer algo más, no debí dejarla sola. Tendría que haberla llevado conmigo a la jefatura.

Te amaré el resto de mis díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora