Capítulo 72

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Elliot ingresó a la habitación que compartía con su mujer luego de haber tenido su charla con Calvin, sinceramente las cosas habían ido mucho mejor de lo que él esperaba. Olivia ya estaba con el pijama puesto y recostada sobre su lado de la cama, con suavidad pasaba sobre su vientre la crema que el médico le había recomendado para la piel mientras tarareaba su canción favorita.

—¿Me permites? —dijo él sentándose a su lado en la cama, cerca de sus piernas.

—Claro que sí —le extendió el pote de crema y levantó un poco más su remera hasta que quedó debajo de sus pechos.

Elliot comenzó a pasarla por la piel de ella con suavidad, recorriendo cada parte de su vientre mientras hablaba con su bebé, le contaba acerca de sus hermanos y también de sus primos, la hermosa habitación que tendría y le prometió que conocería el mar en su primer año de vida. Olivia no podía quitar la mirada de sobre su hombre, se estremecía cada vez que los dedos de él llegaban arriba, cerca de sus pechos.

—¿Qué sucede? ¿Me corté al afeitarme? —preguntó con una sonrisa al sentir la mirada de Liv sobre él.

Ella rió ante su pregunta y negó con un movimiento de cabeza.

—No es nada de eso Detective Stabler.

—¿Entonces qué es?

—Me gusta la vista —sonrió ampliamente— ven aquí —susurró estirando sus brazos hacia él.

Elliot se acomodó más cerca, colocando sus manos a cada lado de la cintura de ella. Olivia puso una mano sobre el rostro de él y otra en su nuca, atrayéndolo más cerca aún. Pegó sus labios a los de él y comenzó a besarlo profunda y lentamente, diciéndole una especie de "gracias" y "te amo" con cada movimiento que realizaba.

Había transcurrido una semana desde que Amanda había vuelto a la ciudad y de que las niñas habían vuelto a su hogar. La rutina poco a poco estaba volviendo a la normalidad, ningún gran caso les había llegado aún y todos esperaban que no llegara ya que era viernes y querían disfrutar del fin de semana. Casey y Alex, su novio, estaban invitados a cenar a la casa de Elliot y Olivia, ésta última estaba tan emocionada de conocer a la pareja de su mejor amiga que casi ni sentía el cansancio en el cuerpo ni el dolor de tobillos.

—¡Buenas noches! Pasen —dijo una sonriente Olivia abriendo la puerta de su casa.

—¡Hola Liv! ¡Por Dios! El bebé O está cada vez más grande —saludó Casey abrazando a su amiga y besando el vientre de ella— él es Alex, Alex ella es Olivia, mi mejor amiga.

—Un placer —dijo él extendiendo su mano.

—El placer es mío, Casey no para de hablar de ti y pues ya quería conocerte —respondió al estrechar su mano.

Alex era un hombre bastante alto, incluso más que Elliot, las facciones de su rostro estaban bien marcadas y la piel dorada de su cuerpo hacia un juego excelente con el dorado de su cabello. Era perfecto, casi la imagen de un semi-dios Griego sacada de los libros. Elliot le convidó una cerveza mientras conversaban en el jardín trasero, Casey estaba ayudando a Liv a terminar la cena mientras se ponían al día de todo lo que había ocurrido en las últimas semanas que no habían podido verse.

—No habías mencionado que era tan sexy —dijo la morena mientras se sentaba en una de las sillas de la barra desayunadora.

—¿No lo hice? Quería que lo vieras por ti misma, es el mismo Hércules en persona.

Ambas echaron a reír ante el comentario de la pelirroja.

—Lo sé, lo sé, es un poco exagerado pero realmente es sexy.

Te amaré el resto de mis díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora