Capítulo 87

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El llanto de un bebé a los lejos despertó sus sentidos. Movió levemente sus manos palpando la tibia sábana blanca, giró su cuello hacia el lado contrario aún con los ojos cerrados, los párpados le pesaban demasiado como para abrirlos.

"¿Qué es lo que sucede?

Es su presión señor, tranquilícese por favor. Ella estará bien.

¿Quiere cortar el cordón?

Sí, por supuesto.

¿Cómo se llama su bebé?

Hope Allison Stabler.

Le haremos unos estudios para revisar que todo esté en orden.

¿Qué pasa con mi esposa? Alguien dígame algo. ¿Qué es ese sonido?

Está todo bajo control señor, por favor espere afuera."

Olivia soltó un suave gemido al abrir los ojos debido a que la penetrante luz blanca de la sala la había incomodado. Sonrió al ver a Elliot sentado en el pequeño sofá junto a ella, tenía un brillo distinto en él y la mirada fija en su celular.

—Elliot...

Él levantó la vista y sonrió ampliamente, en dos zancadas ya estaba junto a ella, acariciando su cabello.

—Hola amor ¿cómo te sientes?

—Como si un camión me hubiera aplastado —rió levemente sintiendo dolor en su cuerpo— ¿dónde está Hope? —preguntó mirando a su alrededor sin encontrar rastros de su hija.

—Están haciéndole unos estudios de rutina.

—¿Ella tiene algo mal? —sintió como si su mundo se pusiera del revés ante la sola idea de que algo estuviera mal con su bebé.

—¡No! Por Dios no, ella está perfecta —sonrió con los ojos llenos de emoción— es completamente perfecta. Mide cuarenta centímetros y pesa tres kilos novecientos gramos. Le hacen estudios de rutina, lo normal en un bebé recién nacido, supongo que en poco tiempo ya estará aquí.

Las sensaciones que había tenido durante el nacimiento de Hope y los flashbacks de lo que había sucedido comenzaron a llegar en ráfagas a la mente de Olivia, sin darse cuenta estaba derramando algunas lágrimas.

—Hey ¿qué sucede Liv?

—Estoy feliz —acarició el rostro de él y besó suavemente sus labios— quiero verla ¿cuánto tiempo estuve durmiendo?

—Durmiendo... 3 horas al menos.

—¡¿Tres horas?!

—Tranquila amor —dijo con cierta desesperación y sus ojos demostraron el miedo.

—Ell... sucedió algo ¿cierto?

Él soltó el aire retenido.

—Tu presión se desplomó y la hemorragia continuaba, las máquinas comenzaron a sonar a tu alrededor por lo que tuvieron que estabilizarte. Luego de eso tu cuerpo necesitaba recuperar su fuerza, era lógico que durmieras tanto —besó su frente. No podía dejar de demostrarle el amor que sentía.

Oyeron un leve toque en la puerta y luego esta se abrió lentamente. Olivia se acomodó un poco más sentada en la cama, su corazón comenzó a golpear con fuerza cuando vio a la enfermera ingresar con una cuna movible de vidrio que dejaba ver a su pequeña bolita rosa envuelta en una mantita blanca con florcitas amarillas.

—Hola —saludó en voz baja la enfermera— les traigo a alguien que quiere verlos, creo que los extraña porque estuvo bastante inquieta.

Puso la cuna junto a Olivia, del lado contrario al que estaba parado Elliot.

Te amaré el resto de mis díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora