Te amaré el resto de mis días

Capítulo 33

El caso había sido bastante fácil para todos, el violador había quedado grabado por una cámara de seguridad al irse de la escena con la ropa rasgada y el brazo lastimado, claramente era la primera vez que lo hacía, asi que en menos de 5 horas ya estaba en la sala de interrogatorios sentado frente Elliot y Olivia.

-No diré nada, ustedes quieren culparme de algo que no hice -repetía el acusado una y otra vez-.

-Ya basta de mentirnos Meyers ¡Ya basta de mentirte a ti mismo! -Olivia caminaba de un lado a otro de la habitación- te tenemos filmado, huyendo de la escena con el brazo lastimado y la ropa rasgada -le gritó mientras le arrojaba las fotos del video sobre la mesa de metal- no puedes negar lo que le que hiciste a esa chica -dijo acercándose a su cara desafiante-.

-No no -expresó Elliot calmadamente sentado frente a Meyers- Viste la oportunidad de tu vida con esa chica, ¿cierto? La viste y la tomaste sin dudarlo un segundo, tus compañeros jamás volverían a reírse de tí si hacías esto.

-¡Ellos vivían burlándose de mi! -gritó desesperadamente-.

-¡Y por eso tenías que violar Allison Marshall! -gritó Liv nuevamente- ¡¿Esta fue tu forma de defederte, de demostrar que eres un hombre?! -se detuvo en un rincón de la habitación, su cabeza la estaba matando-.

Elliot lo notó, pero el sospechoso estaba a punto de confesar.

-Sí -afirmó luego de unos segundos de silencio- Ahora no se van a burlar más de mi -dijo apoyando su espalda sobre el respaldo de la silla y cruzando sus brazos delante de sí-.

Ambos detectives cruzaron miradas, después de unas horas habían logrado la confesión de Meyers lo que llevaría a un sólido caso para Patrick en la corte.

Fin entró a la sala de interrogatorios, esposó al acusado y se lo llevó.

-¿Estás bien? -preguntó Elliot a su mujer que seguía en un rincón de la sala-.

-Si si -le dio una sonrisa forzada- estoy bien -respiró profundo llevando una mano a su frente y frunciendo el rostro-.

-Olivia -yendo rápidamente a su lado- ¿Qué sucede?

-No lo sé, sólo debo sentarme por un segundo ¿si? -caminó hasta la silla que había allí y al sentarse sintió un líquido resbalar por su nariz- ¿Qué diablos es esto? -preguntó al ver que era sangre-.

-Oh maldición, dejame a mi -hizo presión sobre la nariz de ella a pesar de sus quejas- debe parar en un momento -y efectivamente eso sucedió-.

-¿Por qué rayos pasó eso? y ¿por qué no estás preocupado como yo? -dijo en tono un poco fuerte-.

-Calmate Liv, lo mismo le pasó a Kathy en el primer embarazo ¿Cuándo tienes la cita con el obstetra?

-Mañana -dijo limpiándose el rostro- Por la mañana asi que no hay necesidad de faltar al trabajo o de pedir el día.

-Olivia... ¿no crees que Cragen merece saber? -preguntó sentándose frente a ella-.

La morena lo miró fijo, tenía razón, pero ella estaba asustada. Asustada de que el resultado que le había dado Melinda fuera erróneo y si era correcto temía que Don la hiciera sentarse detrás de un escritorio desde ahora. Por otro lado, temía que al ser la nueva Sargento y tener una relación amorosa con su compañero, los separasen o alguno de los dos tuviera que irse.

-Lo sé, Ell.. creeme que lo sé -suspiró con lágrimas en los ojos-.

-Hey... -fue a su lado y la abrazó con ternura- tranquila muñeca, sé que todo esto te asusta -se separó un poco e hizo que la mirase a los ojos- son muchas cosas nuevas, y sé que sientes toda esa presión sobre ti, pero aquí estoy, no estás sola. Eres humana, no una superheroína -dijo acariciando su mejilla suavemente-.