Capítulo 36

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Había pasado una semana desde la entrevista con Amelia Ross, Olivia esperaba ansiosa una llamada del abogado, quiso comunicarse ella para asegurarse de que las cosas iban avanzando, pero un caso los tuvo muy ocupados. El viernes llegó y con eso también la Ceremonia de graduación de Sargento.

-...y para cumplir fielmente mis deberes como Sargento en el Departamento de la Policía de Nueva York, lo mejor que pueda. Asi que ayúdame Dios. -repitió Olivia-.

-Felicitaciones -concluyó el uniformado que llevaba a cabo el juramento-.

Elliot miraba orgulloso a su mujer desde el público, sus ojos brillaban de emoción al verla en uniforme y sus ganas de besarla aumentaban significativamente.

-Te ves hermosa -susurró él en su oído una vez hubo finalizado todo y pudo abrazarla- Felicitaciones Sargento.

-Gracias Ell -sonrió completamente felíz-.

-Hey Liv -Fin la abrazó también- Felicitaciones, ahora estamos bajo tus órdenes -rió-.

-Lo que no significa que te haremos caso siempre -agregó Amanda dándole un gran abrazo a su amiga, la cual rió ante el cometario de la rubia-.

-Gracias por estar aquí chicos -sonrió con ojos vidriosos-.

-Admito que la ceremonia fue bastante aburrida -dijo Fin gracioso- pero... eres nuestra compañera Liv -colocó una mano en su hombro- siempre te apoyaremos, pase lo que pase.

-¿Por qué no vienen hoy a la noche a cenar a casa? -agregó Elliot- Todos, de esa manera podremos pasar un buen rato juntos y realizar una especie de despedida a Munch.

-Me parece genial -dijo Olivia- ¿a las ocho está bien?

-De acuerdo, llevaré un buen vino, de esos que te gustan Liv -agregó Mandy mientras se dirigían a los autos-.

-Eso espero -respondió- aunque no podré beberlo -susurró para sí misma-.

Amanda y Fin se dirigieron a la Unidad, mientras que Elliot y Olivia a su departamento. Cragen les había dado el día, sabía del estado de Olivia y quería que ella descanse aún si eso le costaba tener menos personal trabajando.

-Espero no te haya molestado que los invite así de imprevisto -rompió Elliot el silencio durante el viaje en auto-.

-¡Claro que no amor! Me parece una buena oportunidad de darles la noticia de mi embarazo -acarició su abdomen, la sonrisa que portaba desde que había subido al auto desapareció- Elliot...

-¿Qué sucede? ¿Estás bien?

-No, detén el auto... ¡Deténlo! -gritó llevando una mano a su boca-.

Elliot se orilló, la morena se quitó rápidamente el cinturón de seguridad, abrió la puerta y vació su estómago varias veces.

-Tranquila cariño -repetía Elliot mientras acariciaba su espalda, no necesitaba sostener su pelo porque este ya estaba atado en un rodete bajo-.

Ella limpió su boca y repiró profundo, sus ojos estaban llorosos y la garganta le quemaba.

-¿Te sientes mejor?

-Algo -respondió llevando una mano a su frente- Diablos... lamentó haberte gritado.

-No te preocupes amor. Ten -le entregó una botella con agua- bebe un poco.

-Gracias -bebió varios sorbos- Siempre preparado eh... -sonrió-.

-Claro que sí muñeca -acarició su mejilla- ¿Podemos continuar? Queda poco y llegamos a casa.

Te amaré el resto de mis díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora