Capítulo 89

527 40 9
                                    

—¿Hablaste con ella? —preguntó Olivia poniendo a su hija en la pequeña cuna que tenía junto a su cama. Hope aún era muy pequeña para dormir en su propia habitación.

—Sí —respondió él pasando las manos por su rostro.

Olivia esperó paciente una respuesta.

—Primero hubo un silencio, algo incómodo pero normal. Luego sentí que me sonreía del otro lado de la línea y dijo que no estaba enojada conmigo, que dentro de un mes recién volverá a la ciudad. Estará aquí en poco tiempo, y quiere que vayamos a la casa de la playa unos días.

—Me gusta la idea, alejarnos un poco de todo y ser solo nosotros.

—¿Segura? —soltó el aire retenido mirándola con ojos suplicantes.

Ella se acercó hasta él, que estaba sentado al borde de la cama, parada entre sus piernas le sonrió dulcemente y acarició su rostro.

—Estoy segura, pase como pase estaremos bien. Te lo prometo —puso una mano en su nuca, la otra en su mejilla y lo besó lentamente.

Un mes y medio después las cosas no podían seguir un mejor curso. Elliot estaba trabajando menos horas para pasar más tiempo con su familia, Olivia se había recuperado completamente y se había adaptado muy bien a su nueva vida con su bebé, siempre dividiéndose entre sus dos hijos, su esposo y la idea de volver a trabajar cuando Hope cumpliera los seis meses de vida. Calvin y Megan llevaban una relación sana, cuidando uno del otro. A su vez, Amanda y Carisi se estaban dando una oportunidad comenzando una relación, iban despacio procurando no arruinarlo.

Era viernes por la noche y los amigos de Elliot y Olivia se reunirían para comer en su casa, él había cocinado carne al horno con diversas ensaladas y ella había limpiado la sala para recibir a los invitados. Maureen y Dickie también estaban allí ya que pasarían el fin de semana en casa de su padre para el lunes ir todos a la casa de su abuela Bernie en Staten Island, para pasar la semana completa.

Olivia estaba en la ducha cuando oyó a su hija llorar, reconocía ese llanto, la pequeña necesitaba un cambio de pañal.

"Seguramente volverá a llorar en media hora pidiendo el pecho y una hora después tendré que cambiarla de nuevo", pensó la morena cerrando la llave del agua y tomando la toalla para secarse.

—¡Yo me encargo!

Oyó que Elliot gritaba en el pasillo, caminando hacia la habitación de Hope, quién había estado durmiendo en la pequeña cuna.

—¡Gracias! —respondió ella de la misma forma.

Por un instante pensó en volver a la ducha y quedarse bajo el agua tibia por unos minutos más, tratando de relajar sus músculos y de aprovechar el poco tiempo que tenía para ella; se estaba quitando la toalla para volver a la ducha cuando Elliot abrió la puerta repentinamente.

—¿Hay un nuevo paquete de pañales? Porque ya no hay en el bolso.

—¡Elliot! —gritó cubriéndose con la toalla— ¡Cierra la puerta!

Él ingresó al baño y cerró la puerta tras de sí, pero de todas maneras Olivia se había escondido tras la mampara de vidrio.

—Los paquetes nuevos están en lo alto del placard —respondió ella atando la toalla alrededor de su cuerpo desnudo.

—Perfecto, gracias —dijo él mirándola a través del vidrio— podría decirle a Maureen que cambie a Hope y podríamos... tomar una ducha juntos —agregó en tono sugerente.

—Ell... ahora no, están los niños. Ve con Hope por favor, no quiero que esté sola.

Él apretó sus labios y se contuvo de dar una respuesta de más de tres palabras.

Te amaré el resto de mis díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora