Capítulo 50

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El sonido de las puertas del ascensor al abrirse hizo que Olivia saliera de sus pensamientos, caminó hacia la sala principal de víctimas especiales y sintió que se le cortó por un segundo la respiración al no ver a Elliot sentado en su escritorio, la misma sensación que tuvo cuando despertó y él no estaba a su lado o cuando caminó hacia la sala de su departamento con la esperanza de que estuviera durmiendo incómodamente en el sofá, pero tampoco estaba. Todos sus cálculos habían fallado, Elliot no estaba en ningún lado y ni siquiera había tratado de comunicarse.

Era muy temprano y no había nadie, excepto Cragen, en la unidad. Liv se sentó en su escritorio y prendió la luz del velador, tomó unos archivos de casos sin resolver y se puso a leer, si no podía dormir algo tenía que hacer. Unas horas después, cuando la luz del día invadió el lugar, sus compañeros empezaron a llegar

—Buenos días Liv —saludó Fin mientras colgaba su chaqueta en el respaldo de su silla.

—Hola —respondió ella de manera áspera.

—Parece que alguien no tiene un buen día eh.

Olivia le dio una mirada de advertencia, que más parecía de muerte.

—De acuerdo... —agregó él dispuesto a no decir más nada, una Olivia Benson llena de hormonas y de mal humor no era bueno para empezar un lunes.

—Buenos días —dijo Amanda muy sonriente ingresando con un chocolate caliente en la mano, seguida de Carisi.

—Hey Amanda —saludó Fin— al parecer sí hay alguien de buen humor hoy —río y se arrepintió de su comentario cuando vio el rostro de Olivia.

La Sargento dejó salir el aire retenido, soltó la lapicera bruscamente sobre el escritorio y salió de allí con cara de pocos amigos. Subió a la terraza del edificio, no le importó sentir el viento frío atravesar su cuerpo, miró hacia la ciudad y se tomó el tiempo necesario para calmarse, sabía que sus amigos no tenían la culpa de lo que estaba sucediendo en su vida y lo menos que deseaba era pelear con ellos también, pero a veces le era muy difícil controlar su carácter. Respiró profundo y decidió volver adentro, apoyó una mano sobre el hombro de Fin cuando pasó a su lado y luego se sentó, él le sonrió ligeramente y acomodó una silla al lado ella.

—¿Qué sucede Liv? ¿Todo está bien en casa? —preguntó en tono bajo.

—Sinceramente no lo sé —respondió ella en el mismo tono de voz.

—Olivia —interrumpió Cragen al llamarla desde la puerta su oficina— ¿Puedes venir un momento por favor?

—Ve —susurró su amigo mientras volvía a su lugar.

Olivia caminó hacia la oficina de su capitán sintiendo un leve malestar en su estómago.

—¿Sucede algo?

—¿Puedes cerrar la puerta por favor?

Olivia cerró la puerta y lo interrogó con la mirada.

—Es la primera vez en mucho tiempo que vienes de madrugada a revisar casos viejos —dijo él— Elliot aún no ha aparecido desde ayer ¿Todo está bien? ¿Puedo ayudar en algo?

—E-es que yo... No lo sé Don —respondió en un hilo de voz— tuvimos un mal día desde lo que sucedió aquí ayer... No quiero pensar en eso realmente.

No estaba teniendo esa conversación con el Capitán Cragen, la estaba teniendo con el hombre que veía como a un padre desde hacía años.

—Sinceramente no sé qué pensar, ni qué hacer —agregó enfatizando con sus manos y con lágrimas a punto de salir de sus ojos.

Te amaré el resto de mis díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora