Capítulo 65

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Elliot despertó al sentir que Olivia salía de la cama, oyó que hablaba por teléfono con alguien por lo que no quiso interrumpirla. La siguió en silencio hasta el pasillo y se acercó por detrás cuando vio que finalizó la llamada.

—¿Está todo bien? —susurró.

—¡Cristo! —volteó poniendo una mano en su pecho— Elliot me asustaste.

—Lo siento —rió y acarició su mejilla.

—Estoy bien, era Amanda —trató de regular su respiración, su hombre en serio la había asustado— su hermana llamó y como no quiere que ella sepa acerca de Megan y Gracie las traerá aquí ahora.

—¿No es un poco tarde para traerlas?

—Si Amanda tiene que irse a esta hora es por algo Ell, y obviamente no dejará a sus hijas solas.

—Lo sé, lo sé —refregó su rostro con sus manos— te ayudaré a armar las camas para ellas.

—Gracias amor —dejó un corto beso sobre sus labios— pero primero iré al baño.

Entre ambos prepararon rápidamente las dos piezas que estaban sin usar, en las cuales dormían Maureen y Dickie cuando se quedaban los fines de semana. Olivia fue a abrir la puerta cuando vio que su amiga había llegado, creyó que Gracie estaría dormida pero estaba muy despierta y no tenía buena cara.

—Hola princesas —saludó la morena a sus sobrinas.

—Hola tía —respondieron al unísono.

Elliot saludó y tomó los bolsos que habían traído. Las chicas se despidieron de su madre, Gracie le dio un largo abrazo y con lágrimas a punto de salir ingresó a la casa de la mano de Elliot.

—¿Qué sucedió? —preguntó la morena una vez estuvieron solas.

—Mi hermana llamó desde el centro de rehabilitación, tuvo un problema con uno de los guardias —soltó el aire retenido— quiero ayudarla pero ya sabes cómo es. Siempre me culpa de sus decisiones y termino apagando por ellas. No quiero que mis hijas vean nada de eso y mucho menos quiero que Kim las conozca, no dejaré que las manipule como lo hizo conmigo.

—Las cuidaremos bien Mandy, te llamaremos todos los días. Prométeme que no te harás cargo de los errores de tu hermana. Ayúdala, pero deja que asuma la responsabilidad de sus actos.

—Lo haré, en serio voy a intentarlo. No voy a dejar a mis hijas sin madre de nuevo.

—Me alegra oír eso —sonrió y la abrazó fuertemente.

—Gracias Liv.

—Cuidate Mandy y avísame cuando llegues.

—Lo haré.

Elliot les había mostrado las habitaciones a las chicas y las había dejado solas para que se cambien de ropa y pudieran dormir. Olivia tocó a la puerta de Megan y entró.

—¿Necesitas algo cielo?

—Estoy bien, gracias. Perdón por despertarte a esta hora.

—Está bien —se sentó al borde de la cama y acarició su cabello— somos familia y no nos molesta en absoluto que estén con nosotros.

—Gracias —sonrió y luego tapó su boca para bostezar.

—Ahora descansa, mañana nos encargaremos del resto de las cosas.

—De acuerdo, hasta mañana.

La morena besó la frente de Megan y salió cerrando la puerta tras de sí, era el turno se ver cómo estaba Gracie. Hizo lo mismo, tocó y luego ingresó, la pequeña estaba mirando por la ventana, ni siquiera se había puesto su pijama.

Te amaré el resto de mis díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora