Capítulo 44

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El día había amanecido completamente soleado, el calor suave acompañado por la brisa fresca lo hacían aún más hermoso. Olivia despertó sin sentir a Elliot a su lado, se estiró bajo las sábanas y se incorporó apoyando la espalda contra el respaldo de la cama, tomó su celular para ver la hora 7:30am-16 de Abril del 2013.

-Dios... dentro de exactamente una semana será nuestro primer aniversario de casamiento -susurró Liv para sí misma-.

"Lástima que ya no estaremos en este hermoso lugar", pensó.

Frotó sus ojos para disipar la pesadez, justo cuando estaba por levantarse para buscar a Elliot él ingresaba a la habitación que compartían con una bandeja en las manos con lo que claramente era el desayuno.

-Creí que aún dormías -susurró él con una enorme sonrisa en su rostro- ¿cómo te sientes? -cerró la puerta tratando de no tirar nada al suelo-.

-Desperté recién y me siento muy bien -sonrió y besó sus labios con ternura-.

-Qué bueno -dejó la bandeja sobre sus piernas- esto es para ti carño, sé que falta todavía una semana para nuestro aniversario pero quería hacer algo especial en este lugar.

-Ell... es muy bello gracias -sonrió ampliamente, tomó su rostro con ambas manos y volvió a besarlo-.

Elliot le había preparado una torre de panqueques con forma de corazón cubiertos con algo de chocolote y varias frutillas a su alrededor, un té, jugo de naranja y algunas cerezas dentro de un un pequeño recipiente, solo esperaba que el estómago de la morena estuviera de acuerdo en todo esto. Junto a la comida una gardenia blanca como la que él había dejado en su desayuno el día de su casamiento, la misma que ella utilizó en el pelo momentos después. Olivia tomó la flor con delicadeza, olió su perfume y la depositó suavemente sobre la mesa de noche.

-Esto es sólo el comienzo, espero disfrutes todo lo que preparé para hoy -dijo acostándose a su lado-.

-Junto a ti estoy segura de que lo disfrutaré -bebió un sorbo de su jugo- ¿qué haremos?

-Paciencia amor -rió suavemente- ya verás -agregó besando su frente-.

Estuvieron en la cama una hora desayunando y hablando de muchísimas cosas, incluído el color de la habitación del bebé, la decoración y el lugar de los muebles, claro que todo era provisorio hasta que supieran el sexo de su pequeño. Olivia decidió ducharse para estar más cómoda mientras Elliot se encargaba de acomodar los platos y la cama, para ella era extraño no escuchar las voces de los chicos en la sala, pero supuso que estaban en el muelle.

-¿Qué crees que deba ponerme? -le preguntó a Elliot en bata de baño señalando un vestido color verde agua y un pantalón deportivo con una remera blanca-.

-Creo que para hoy el vestido estará más que bien.

-De acuerdo -sonrió tratando de descifrar lo que había en la cabeza de su hombre-.

Olivia salió hacia la sala donde escuchaba los movimientos de Elliot.

-Estoy lista -dijo con una mano en su cadera y con la otra sosteniendo un pequeño bolso-.

El vestido llevaba un cinto color beige por debajo del pecho haciéndolo casi saltar del leve escote en forma de V.

-Te ves preciosa -dijo mirándola con ternura y de esa forma que siempre la hacía sonrojarse-.

-Gracias -sonrió- tú también -él no se quedaba atrás con su bermuda blanca y su chomba azul del mismo color de sus zapatillas, lo cual resaltaba el color de sus ojos-.

-¡Buenos días! -dijo Calvin ingresando por la puerta principal seguido de sus hermanos-.

-Qué linda te ves Liv -agregó Maureen caminando hacia su habitación-.

Te amaré el resto de mis díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora